De un día para otro nos vinieron con el cuento de que la compañía minera no estaba dispuesta a seguir prestando el servicio de luz al pueblo, porque cada vez eran más los habitantes que se colinchaban de las líneas, de manera que “con toda la pena del mundo, ustedes verán que hacen”, fue lo que le dijeron a los “mandamases” de la época para que tomaran las decisiones al respecto.-
Ahí fue Troya, por que más de uno quedamos en una especie de limbo espiritual y extraviados con la frase bíblica que nos enseñaron de pequeños: “Hágase la luz y la luz fue hecha” y ahora, en cambio, aquel invento de don Thomas Alva Edison, como fue la energía eléctrica, se iba para el cuarto del olvido, al igual que las bombillas que potenció Nikola Tesla, un ingeniero de origen serbio a quien la humanidad no le ha reconocido este prodigio, se fueron de nuestras casas y de nuestras calles.-
Entonces se idearon instalar unos grandes bombillos en las calles, que eran tan enormes como las peras más enormes que vendían en los mercados de la ciudad para que alumbraran las noches calladas de aquel pueblo que nos vio nacer.- Algún necio se inventó más tarde para su comarca la canción del “Calabacito alumbrador”, pero eso es otro tema.-
Así que aquello fue recibido, según lo recuerda hoy don Horacio Zapata Muñoz, como un reto que le hacían al pueblo el cual fue recibido como otra de las batallas que había que dar si estábamos dispuestos a demostrar de qué material estábamos hechos.- Y aparecieron las leyendas de que las calles se llenaban de brujas y duendes en los oscuros callejones y de perros negros que perseguían a los incautos y de los muchachos que se aprovechaban de la prima noche cuando empezaban las tinieblas, para darse besos con sus novias hasta que de un día para otro se volvió a hacer la luz.-
Pero las cosas no fueron tan fáciles como se escriben ahora.- Tuvieron que unir voluntades, caminar sobre los partidos políticos porque por encima de todo estaba el bienestar del pueblo, recuerda hoy el patricio liberal quien señala que fueron muchas las ideas que se cocinaron en aquellas reuniones convocadas en lo que era el sitio predilecto para concretar las ideas, como lo fue la hoy extinta caseta de la Acción Comunal de Bijao.- Sin exagerar, este punto de encuentro fue para los bagreños de antes el Ágora de los griegos y no digo más.-
Sin embargo no es bueno pasar por el alto que mientras esto sucedía con el pueblo, el trabajo de mercadeo para que siguiera produciendo los resultados el almacén El Niño, era necesario y más que justo que su dueño le diera una visita a sus más fervorosas clientas que no eran otras que las habitantes pasajeras de las cantinas, porque aparte de ser un mercado cautivo, eran las que mejor y más pronto cancelaban los pedidos.- P
ara ser más exactos, en realidad no eran ellas las que se echaban encima las obligaciones por las mercancías que desde aquel almacén les entregaba de manera personal su propietario, sino que eran aquellos visitantes anónimos que por una noche de amor eran capaces de hacer los trueques más imaginarios.- Y sobre esa clientela, que doña Orfa conocía muy bien, se abrió ese otro filón para fortalecer los ingresos de su negocio.-
Las visitas bien podían comenzar por el bar El Deportivo, luego continuar a ver quién había llegado en los últimos días a la cantina La Laguna – nunca mejor puesto un nombre en donde a veces se pierde hasta la memoria -, seguir hacia donde las muchachas que se hacían en donde Don Arnulfo; qué tal saber las preferencias en ropa interior de las habitantes de Quinto Patio, del Bar Águila o de El Pilsen y ni siquiera pordebajear a las de Los dos amigos, menos a las paisas y vallunas que moraban en el Montecarlo y más allá las que apenas se dejaban ver los lunes en la tarde en Cortinas Blancas; por qué para cantinas y mujeres, Bijao estaba solo en el parque, como se decía hasta hace poco.-
Y como el negocio iba viento en popa por las razones antes expuestas, además porque la mercancía que le ofrecía a sus clientes era de calidad y a buenos precios, tuvo el espacio suficiente para avanzar en sus conversaciones con otros colegas del comercio, tales como Francisco Paco Zuleta, los hermanos Germán y José Arango Cardona, Cristo y Lácides Navarro, entre otros, con el fin de compartir algunas ideas acerca del nuevo rumbo que debía tomar aquel poblado lleno de grandes expectativas que se le abrían gracias a la presencia de una compañía minera, un comercio en pleno crecimiento, un aeropuerto y salidas por sus ríos hacia la costa Atlántica y los puertos intermedios.-
Y fue así que en el espacio de una reunión de padres de familia, realizada en el Club Amistad, más conocido como el “Machete”, se le ocurrió llevar una propuesta como fue la creación de una Junta de Acción Comunal que por aquellos años cobraba interés en diversas regiones del país ya que desde allí, sin la intromisión de los políticos, se podían sacar adelante varios proyectos en beneficio de la comunidad.-
Como su fundador, Horacio Zapata Muñoz la presidió por más de 20 años y fue catalogada como la mejor del país en su momento y para citar una sola de sus realizaciones, basta recordar que fue ella la que trajo desde el puerto de Buenaventura, distante a más de 830 kilómetros en el departamento del Valle del Cauca y por una carretera que no era la mejor del mundo, una carga consistente en 3 mil mercados Care de los donados por el gobierno de los Estados Unidos.-
Y eso que en sus comienzos se financiaba a punta de la venta de empanadas y de los bingos que se ideó que él mimos se encargó de cantar todas las noches con su picardía Cristo Rafael Navarro Hernández.-
Hay que anotar que estas labores sociales se vieron muy pronto mezcladas con las actividades políticas y de la noche a la mañana montaron una sede Liberal que seguía la corriente de William Jaramillo Gómez y por más de 15 años tuvieron cuatro escaños en el Concejo Municipal.-
Gracias a las dos potencialidades, Acción Comunal y los amigos políticos en Medellín, como el caso de César Pérez García, El Bagre se montó en los proyectos tales como la construcción de un muelle en el llamado puerto principal y luego otro de mayor envergadura que protegía a la caseta en el puerto de Abajo, la cárcel, la inspección de Policía y otra serie de obras que se materializaron gracias a la fórmula de los convites, que no eran otra cosa que invitar a la mano de obra para que se ganara un mercado en la participación de aquellas obras.-
De esta manera fue como se levantaron los primeros salones del Liceo y un sinnúmero de beneficios como el pavimento de sus calles, escuelas urbanas y rurales, el centro de salud, el pago de profesores y toda suerte de apoyos para la ciudadanía.-
Lo que sucedía era que en aquellos años las ventas de la caseta en un solo fin de semana podían superar con creces cualquier presupuesto.-
Gracias a la generosidad del minero Rodrigo Mira Builes, comenzaron a llegar líderes de la talla de Bernardo Guerra Serna, quien enterado del clamor de convertir al corregimiento en Municipio, también le propuso a Zapata Muñoz para que hiciera parte de una lista a la Asamblea Departamental y de este modo pudo llegar a la Duma durante cuatro períodos en donde su labor fue la de apoyar los proyectos que los distintos gobernadores presentaban en favor de la región del Nordeste y del Bajo Cauca, así como otra serie de actividades que se reflejaron en el desarrollo de esta cabecera.-
Cuando se toca el tema de la municipalidad no tiene la menor duda de mencionar al político César Pérez García como el que con mayor entusiasmo recogió la propuesta y la puso al orden del día en las discusiones de la corporación y prueba de ello fue que la Ordenanza fue estudiada bajo una modalidad extraordinaria que se tuvo que ajustar en su momento desde el propio Congreso de la República.-
La historia dice que el apoyo económico de Mira Builes y la dirección política de los dirigentes liberales, Horacio Zapata Muñoz y quienes se sumaron a la iniciativa, El Bagre pudo alcanzar los votos necesarios para sacar adelante la propuesta.-
Al volver al tema de la creación del Liceo de El Bagre, que en sus principios tuvo como sede los salones de la parroquia de Bijao y unos espacios junto a la gallera del Club Amistad, recuerda que en medio de los afanes y bajo la orientación de la señora Ana Celia Moore Motta, se tomaron unos terrenos que habían sido trabajados años atrás por las dragas de la empresa minera, para cuyo traspaso hubo que hacerle una atención y una fiesta al gerente de entonces, Mr. Moseley Williams, quien dio la orden al ingeniero Alfredo Romero Rosado, más conocido como el popular “Guachafa”, para que hiciera todo lo relacionado con arreglar el terreno y hacer los estudios pertinentes, así como el diseño de las tres primeras aulas construidas por la misma comunidad hace más de 55 años.-
Con el paso del tiempo y con algunos personajes que hicieron historia pero que hoy no están en esta dimensión, Horacio Zapata recuerda que pese a que en un principio se vieron malogradas sus relaciones con el entonces alcalde Rafael López Mejía por aquello de la municipalidad, una vez aprovecharon que ambos coincidieron en una misa para restañar las heridas con una frase: “Fuiste mi contrincante político, me sacaste a El Bagre municipio, pero somos amigos”, recuerda hoy y resalta ese gesto de nobleza.-
Hace pocos días su hijo, Carlos Albeiro, me compartió una lista de personajes que también tuvieron mucho que ver con todo lo que le ocurrió El Bagre 50 años atrás: César Pérez García, Rodrigo Mira Builes, Horacio Zapata Muñoz, Germán Arango Cardona, Marco Fidel Castañeda, Ana Celia Moore Motta, Pastor Rivas Moreno, Eulogio Rodríguez Ortega, Francisco Zuleta, Ovidio Aristizábal Builes, Azarías Ortega Álvarez, Matilde Navarro, Ramona Mejía y Matilde Navarro.- Agregó además lo siguiente: “Al pueblo lo adoraron, lo amaron y construyeron personas oriundas de otras latitudes para ser administrado y saqueado por sus propios hijos.- Por sus hechos los conoceréis”.
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