Cada día nos enteramos a través de los medios de comunicación de hechos de corrupción de la clase política y de los organismos de justicia, y con ello aumenta el escepticismo y la desconfianza de los ciudadanos generando incertidumbre y zozobra sobre el destino de nuestro país.
El hecho más reciente es el de la empresa brasileña Odebrecht quien se declaró culpable en una corte de Estados Unidos por haber pagado sobornos para la consecución de contratos en 12 países, para el caso de Colombia declaró haber pagado alrededor de 11 billones de dólares para salir beneficiada en la adjudicación de contratos como la Ruta del Sol y la transversal Ocaña Gamarra, entre otras obras.
Todos estos hechos se suman a una larga lista de actos de corrupción que siguen ocurriendo en nuestro país, allí es cuando todos los ciudadanos se movilizan y hacen un llamado a las instituciones de justicia para que apliquen la ley, y las sanciones sean ejemplarizantes para quienes cometen delitos contra los recursos públicos y que generan en la opinión pública una falta de legitimidad en los funcionarios públicos por su falta de ética y por la poca eficacia en las sanciones que se aplican.
Como ciudadana colombiana pido TODO EL PESO DE LA LEY SOBRE ELLOS. Un servidor público jura cumplir fielmente la constitución y la Ley cuando se posesiona, la función pública es reglada, por tanto conoce sus funciones, el deber de ese funcionario es cumplir de manera transparente y ética las responsabilidades que le han sido conferidas, entendiendo siempre que el manejo de los recursos públicos requiere de las más altas calidades humanas, y que cuando se es servidor público es a la ciudadanía a quien se tiene como veedores.
Las conductas relacionadas con actos de corrupción, son un caldo de cultivo para muchos políticos que buscan sacar provecho de la falta de severidad en la aplicación de la ley y en el poco control ciudadano. Pero somos nosotros los ciudadanos los llamados a poner fin a esta situación, porque somos nosotros quienes tenemos el poder “EL VOTO”, con nuestras decisiones podemos hacer un cambio en nuestra clase dirigente, es nuestro deber de elegir de manera consiente a quienes nos representan en las instancias de poder. Pero surge una pregunta, si estamos cansados de la corrupción en nuestra clase política que se queda con los recursos de la salud, de la niñez, de los jóvenes, de las pymes, de la educación en sus propios bolsillos, ¿por qué no ejercemos nuestro derecho a elegir a quienes ocupan estos cargos?.
Hasta cuándo vamos a seguir siendo indiferentes a los procesos de participación ciudadana, dejando libre el camino a los corruptos y entregando los recursos nuestros y los de las próximas generaciones a unos pocos que se benefician con los recursos que son de todos. Es la ciudadanía con su poder decisorio y con el control a quienes ejercen el poder, quienes tienen la posibilidad de cambiar una clase dirigente corrupta, quienes ven en la política una oportunidad para el enriquecimiento personal no deben ocupar los cargos del Estado, quienes deben estar en esas posiciones son personas de las mayores calidades personales y éticas, que entiendan que son servidores y administradores del dinero de todos.
Somos nosotros los ciudadanos quienes podemos cambiar el curso de la política, solo debemos darnos la oportunidad de participar en los procesos políticos, de tomarnos el tiempo para conocer a los candidatos que elegimos, de hacer control ciudadano, y de no dejar en manos de otros las decisiones. Los corruptos se benefician del abstencionismo electoral porque saben que su maquinaria electoral siempre los elegirá, mientras el resto de los ciudadanos deja el camino libre a los corruptos para que sigan desangrando el erario público, cerca del 60% de los ciudadanos habilitados se abstuvieron de votar en las últimas elecciones porque consideran que no hay nadie bueno y es precisamente lo que los corruptos necesitan, que la gente no vote.
Démonos la oportunidad de ayudar activamente a la solución de los problemas de nuestro país, participando para empezar a acabar con los corruptos, debemos ir más allá de opinar en redes sociales o salir a marchar, la oportunidad la tenemos en nuestras manos.