Aunque el presidente Santos no alcanzó a firmar el decreto se hizo el anuncio del nombramiento de Guillermo Rivera como embajador de Chile e incluso el gobierno avanzó solicitándo el beneplácito.
Una vez posesionado el canciller Carlos Holmes Trujillo prefirió reservarse la embajada en el país austral para alguien cercano al gobierno por la importancia de la Alianza del Pacifico y le ofreció como alternativa: Uruguay o Bolivia. Rivera escogió la sede diplomática de Montevideo.
El embajador en Chile, Mauricio Echeverry, exvicepresidente jurídico de Ecopetrol, está ya de regreso al país.