Muchos ciudadanos están sorprendidos de que el actual concejal de Bogotá y precandidato a la alcaldía, reconocido en los medios desde hace tantos años por su papel como periodista, escritor y defensor de derechos humanos, entre muchas de sus actividades, haya sido denunciado por violencia intrafamiliar: delito que contradice completamente la actuación de Hollman Morris en el transcurso de su vida profesional.
Ahora bien, como ya muchos conocen, la periodista Vicky Dávila le realizó una entrevista a Patricia Casas, exesposa de Hollman Morris, y también a Luis Eduardo Leiva, abogado del concejal. Se trata entonces de un conflictivo divorcio por una relación marital de aproximadamente 20 años, en la que los trapos sucios empiezan apenas a salir a la luz.
Ante esas reiteradas separaciones que, según la Superintendencia de Notariado y Registro para el 2017, están representadas en 22.720, equivalentes al 40 % de los casamientos de ese mismo año en Colombia, los abogados especialistas en derecho de familia conocen en su mayoría que tales procesos son extenuantes y peor aún, cuando hay dinero e hijos de por medio, además de todas las circunstancias que en ocasiones se evidencian con resentimientos por una o por las dos partes.
También se debe tener en cuenta que debe haber mínimo una causal de divorcio, para ello hay nueve contempladas en el artículo 154 del Código Civil. Dentro de estas se encuentra establecida, en el numeral tercero, “los ultrajes, el trato cruel y los maltratamientos de obra”. Estos son definidos en la Sentencia C-985 de 2010 así: "(…) todo daño o maltrato físico, psíquico o sexual, trato cruel, intimidatorio o degradante, amenaza, agravio, ofensa o cualquier otra forma de agresión, producida entre miembros de una familia, llámese cónyuge o compañero permanente, padre o madre, aunque no convivan bajo el mismo techo (…)".
Esta última causal específicamente, el término que hace parte de ella, los ultrajes, son un tipo de maltrato psicológico, definido de la siguiente manera: "La violencia psicológica se ocasiona con acciones u omisiones dirigidas intencionalmente a producir en una persona sentimientos de desvalorización e inferioridad sobre sí misma, que le generan baja de autoestima. Esta tipología no ataca la integridad física del individuo sino su integridad moral y psicológica, su autonomía y desarrollo personal y se materializa a partir de constantes y sistemáticas conductas de intimidación, desprecio, chantaje, humillación, insultos y/o amenazas de todo tipo" (Sentencia T-967 , 2014).
Pues bien, según la versión dada en entrevista de La W, la anterior parte de la causal es primordialmente la invocada por parte de la exesposa de Morris, junto con otras causales secundarias que deberán ser analizadas en el proceso.
De cualquier modo, Hollman Morris es un personaje con seguidores que confían en su desempeño profesional y político, por ende, sus asuntos (así sean íntimos), que afectan a la institución familiar, deben ser conocidos por todos. Aunque cuando se trata de problemas familiares resulta extremadamente difícil opinar, pues no solamente es “ver el chico de billar desde afuera”, sino lo realmente espinoso es ser el “jugador”.
Finalmente, y frente a ese tema, la justicia deberá definir quién tiene la razón y lo que definitivamente queda claro es que habrá implicaciones considerables tanto para la imagen como para las aspiraciones profesionales y políticas del concejal Morris (así resulte ser inocente de una, varias, o de todas las acusaciones).