¿Por qué Hollman Morris no debe ser candidato a la alcaldía de Bogotá?

¿Por qué Hollman Morris no debe ser candidato a la alcaldía de Bogotá?

"Antes que nada es necesario que se quite la venda del poder y se mire a sí mismo primero, resuelva sus asuntos y luego, si es lo que quiere, regrese a la política"

Por: Valeria Russi
agosto 02, 2019
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¿Por qué Hollman Morris no debe ser candidato a la alcaldía de Bogotá?
Foto: Twitter @HOLLMANMORRIS

Si bien la acusación sobre Hollman Morris por violencia intrafamiliar que le hizo su exmujer lo inhabilita desde el punto de vista ético y lo debería apartar del escenario político mientras se resuelve su caso, existen además otras razones que merecen una reflexión acerca de si verdaderamente Morris es un candidato a la altura de lo que Bogotá necesita. El metro no es un único argumento para votar por alguien que estará al frente de una una ciudad que reclama volver a creer en que es posible una renovación construida entre todos, movilizados por un liderazgo sano y coherente.

Contravía, con mas de 380 capítulos sobre la historia del conflicto interno en Colombia, fue el programa periodístico que dio conocer más a Hollman Morris. Hizo múltiples denuncias relacionadas con masacres, asesinatos, paramilitares, persecuciones, entre otros. Se investigaron casos cruciales de la realidad colombiana que, incluso, pusieron en peligro la vida del periodista. A través de Contravía vimos esa Colombia olvidada, asistimos de cerca a lugares remotos de su geografía y escuchamos muchas voces silenciadas en los medios tradicionales. El programa fue reconocido con premios por su buen periodismo, obtuvo dos India Catalina, dos Simón Bolívar, un FNPI y un CPB.

Ese periodismo tuvo un protagonista permanente: el mismo Morris. Sus programas y recorrido le dieron un nombre, se ganó respeto y credibilidad, sumados a las amenazas de poderosos involucrados en las denuncias. A través de Contravía, Morris ganó reconocimiento, no multitudinario, pero sí uno que lo introdujo en el mundillo farandulero. Ese en el que ingresan, sin querer queriendo, muchos periodistas que se saben reconocidos, adquieren renombre y empiezan a creérselo. Desdibujan su papel de periodistas para convertirse en pequeños dioses, a quienes muchos les hacen venía. Los periodistas que terminan en la política como se dice popularmente, “pelan el cobre”. Daniel Coronell escribió alguna vez: “los periodistas no están para convertirse en gobierno, ni para respaldar gobiernos, deben fiscalizar el poder en beneficio de los gobernados”.

Por política, y no por méritos de buen administrador, Morris obtuvo el cargo de gerente de Canal Capital. Se equivocan quienes creen que un periodista, por el simple hecho de serlo, ya es idóneo para administrar una empresa de medios, (mucho más que una productora) y menos si es una entidad pública. Existen diferencias visibles entre administración, producción ejecutiva, relaciones públicas y periodismo. Además si se ingresa por política a un cargo, ya se sabe a quién le va a servir el dueño del cargo; no será a los ciudadanos, como debe ser en un cargo público, sino al jefe, que en ese caso era el alcalde de Bogotá. Digamos que eso es un mal general de los canales y de otros sectores públicos en Colombia y el partido de Petro, y con él Morris, demostraron que, a pesar de criticar la política tradicional, usan sus mismo métodos.

Mauricio Arroyave, periodista que trabajó en Canal Capital cuando Morris fue gerente, contó que después de unas elecciones presidenciales, se invitó a un concejal para hablar en un programa del Canal sobre cómo quedaba el panorama político para la capital. Luego de la entrevista Morris llamó a Arroyave para interrogarlo y conocer quién había autorizado esa entrevista. “Necesito que entrevistes a concejales que son amigos de Canal Capital (…) y quiero que de aquí en adelante todos los entrevistados y las orientaciones de la entrevistas las apruebe yo personalmente”, contó Arroyave sobre la conversación con Morris (Semana).

Otro periodista del mismo Canal, Manuel Salazar, habló de otros casos que sucedieron durante la administración de Morris. Se refirió a una especie de 'amordazamiento'. Dijo que un día, durante una emisión de 'El primer café', lo cortaron cuando le hacía preguntas incómodas al alcalde Gustavo Petro, sobre el tema de las basuras en Bogotá. (Revista Semana)

También Arroyave recordó otros episodios. Uno de ellos tuvo que ver con Rafael Pardo, quien se desempeñó como alcalde de la ciudad por unos días, cuando Petro fue retirado de su puesto. Según Arroyave, ese día Hollman le dijo que consideraba la entrevista a Pardo “impresentable” y que la cancelara. En otra ocasión fue invitada la candidata presidencial del Polo Democrático, Clara López Obregón, a quien se le canceló la invitación por orden de Morris (Semana). Se puede inferir que Hollman actuaba como el pequeño dios que en su interior sentía que era, y olvidaba los principios de periodismo, la independencia que debe imperar en cualquier medio, especialmente público… la coherencia. También actuaba con miedo, supeditado a seguir los designios de su dios más grandecito: el alcalde.

De acuerdo con su exmujer, Patricia Casas, Hollman Morris tiene problemas con el alcohol y sustancias psicoactivas. Personas que frecuentan la vida nocturna y que estuvieron cerca a Morris, en Bogotá y otras ciudades de Colombia, relatan haber presenciado comportamientos en él, que encajan perfectamente con el perfil de un adicto a la cocaína. Por eso no es de extrañar que muchos de los que trabajaron a su lado en Canal Capital lo describan como reactivo, nervioso, inseguro, explosivo, impulsivo, preocupado por reaccionar en twitter o donde fuera a cada cosa que se decía sobre él. Tomaba decisiones a la ligera, luego cambiaba de opinión y echaba para atrás la decisión y si se equivocaba, difícilmente lo reconocía. No se le podía contradecir y siempre parecía con su sistema nervioso excesivamente excitado.

Según estudios, el temperamento y el carácter de los adictos a cocaína y a opiáceos, se describe como más impulsivos que reflexivos a la hora de tomar decisiones¹. El 66.6% presentó trastornos de la personalidad, déficit cognitivo, comportamiento pasivo/agresivo, entre otros. Su vida personal se ve afectada en sus relaciones de pareja, su salud mental, estados de ansiedad, comportamiento narcisista y violento².

"Tomé la decisión de denunciar a Hollman porque he sido una mujer violentada emocionalmente, psicológicamente y económicamente”, dice Patricia Casas. "Era una infidelidad constante y sistemática. Eso es más fuerte que un golpe en la cara. Quiebra la emocionalidad de una persona. No fue una, dos o tres. Queda por lo tanto inhabilitado de salir a marchar por las mujeres. Muchas me han buscado porque han sido víctimas de lo mismo”. “Yo siempre le cubrí todos sus excesos, sus malas actuaciones, le limpié la imagen” (declaraciones concedidas por Patricia Casas a varios medios).

Otras mujeres se han pronunciado³ públicamente acerca del acoso sexual, del que fueron objeto, según ellas, por parte de Hollman Morris4, él a su vez se defendió de las acusaciones5, sin embargo son las versiones de los implicados sin que se haya comprobado culpabilidad o inocencia del acoso. Ver las notas al pie de página de este artículo para ampliar información.

La vida privada deja de serlo cuando el comportamiento, las decisiones y la coherencia de una persona, pone en riesgo a la mayoría, que en este caso es una ciudad. ¿Va a administrar Morris a Bogotá con la coherencia en que actúa en su vida privada o la que ha demostrado en su vida pública? ¿Va a estar defendiéndose durante su mandato de las acusaciones y críticas por su vida personal? seguirá siendo Petro el jefe de Hollman cuanto esté en la alcaldía? Valga decir de Petro quien, después de su comportamiento en la elección de el candidato para la alcaldía, fue incoherente con la ideología que plantea su movimiento, terminó con rencillas individualistas, olvidó los intereses de las mayorías y pasó por encima del clamor de un grupo considerable de mujeres que hicieron un llamado a no apoyar a Hollman hasta tanto el tema de violencia intrafamiliar no estuviera aclarado y resuelto.

Morris fue un buen periodista, profesión que no ha debido abandonar y seguramente es una persona valiosa. Todos nos equivocamos y tenemos derecho a resarcir, replantear y mejorar nuestros comportamientos. ¿Estamos seguros de que Morris está totalmente recuperado de las secuelas emocionales, físicas y fisiológicas que dejan la adicción a la cocaína? ¿Está realmente preparado para gobernar a Bogotá? ¿Tiene la experiencia suficiente y ha demostrado con hechos su bagaje administrativo? Decidan los electores a conciencia. Y, entre tanto, que Morris se quite la venda del poder y se mire a sí mismo primero, resuelva sus asuntos y luego, si es lo que quiere, regrese a la política.

¿Cuál es la clase de gobernantes que queremos elegir? No elegimos solo abogados de un metro, elegimos seres humanos con la coherencia y la inteligencia necesarias que mínimamente se valoran y se respetan a sí mismos; valoran y respetan a los demás en su diversidad de género. Queremos gobernantes coherentes que respetan los derechos humanos y lo demuestran con hechos.

Con los movimientos y personas, actores de la vida política y pública del país, que se dicen distintos, tenemos que ser más críticos que nunca. A los otros, ni vale la pena mencionarlos. Esta reflexión es porque precisamente esos líderes que quieren renovar al país y que han sido tan críticos como Gustavo Petro y Jorge Enrique Robledo; que son una esperanza como Ángela Robledo o Luis Ernesto Gómez, no pueden terminar en el mismo saco que la clase política en la que ya nadie, medianamente sensato, cree. Es necesario ejercer nuestro control ciudadano y en este caso, sentar una posición respecto a la candidatura de Hollman Morris, sin odios ni amores, pero sí motivados por la coherencia que no practican la mayoría de políticos pero que sí podemos exigir los ciudadanos. La baraja de candidatos para la aalcaldía de Bogotá, no está a la altura de las demandas de la ciudad, sin embargo la participación activa de la ciudadanía es clave para contribuir a los cambios y no permitir que la clase tradicional y corrupta esté allí nuevamente. Por esa razón, Claudia López, sin ser la más idónea, ni contar con experiencia demostrada en la administración pública por descarte es la carta que los ciudadanos responsables deberían jugar.

¹ Temperamento y carácter en adictos a cocaína y a opiáceos

² Dependencia de la cocaína y trastornos de personalidad. Análisis de su relación en una muestra clínica

³ Mujeres ardidas

4  Entrevista a Hollman Morris en WRadio donde admite acoso

Hollman Morris denunció a las mujeres que lo señalan de acoso sexual

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