Hola, soy Yuliana Andrea Samboní Muñoz, y ya hace más de un mes que me mataron.
Desde entonces, -y lástima que haya sido después de muerta- he significado muchas cosas para ustedes: solidaridad, rabia, indignación y protesta.
Hola, mi apellido es Samboní, pero antes de que me convirtiera en el motivo de sus lamentos, muchos de ustedes no sabían siquiera que mi apellido existía; y está bien, no tendrían por qué saberlo. Antes, mi apellido estaba relacionado con mi tierra y mis familiares; ahora lamentablemente, es sinónimo de violencia, maltrato y abuso. En mi país y a lo largo de su historia, unos apellidos se han arrogado el derecho de maltratar a otros; es una cadena que aún no se ha podido romper… es la maldita rueda de la miseria que todo lo tritura.
Hola, soy Yuliana Samboní, mi familia y yo veníamos del Cauca, tierra de indígenas, negros y blancos, donde se dio en siglos pasados, esa otra oprobiosa violación llamada esclavitud.
Hola, soy Yuliana, el orgullo y la alegría de mis padres, ellos, tan colombianos como ustedes. Pero hoy la tristeza me embarga, porque en este pedazo de Colombia, los hijos de los pobres, salimos desplazados por miles, a las periferias de las grandes ciudades. Y casi en contrapartida llegan miles de retroexcavadoras a arrancar las riquezas de nuestro suelo. Sí, es verdad, somos tan colombianos como ustedes, con la única diferencia que ustedes no son tan pobres como nosotros.
Hola, soy Yuliana Samboní, y si dentro de diez años alguna persona lee este texto, ojalá caiga en la cuenta que el año de mi asesinato, fue el mismo en que mí país firmó la paz. ¡Y qué ironía! lo hicimos con un balígrafo, qué tiempo tan perdido, nos habría salido más barata la revolución de las oportunidades llena de cuadernos, de libros, de apoyo a los campesinos y de un buen sistema de salud.
Hola soy Yuliana, y soy más que un "evento noticioso", soy más que un "caso que conmocionó al país". Porque a la larga eso significa olvido e indiferencia. Te pido que no me dejes sola, no me dejes ser, un simple artículo de periódico…no me dejen morir… manténganme por siempre viva… que yo tan solo quería ser… Yuliana Andrea Samboní Muñoz.