Las naciones están hechas de múltiples comunidades y pueblos. Es el dinamismo de los vínculos entre diversos signos de identidad social lo que deviene en mutualidad nacional; esto por supuesto esta mediado por una comunidad política de segundo nivel que organiza el poder a manera de Estado: institucionalidad contractual que gestiona la vida colectiva, pone límites y a su vez promueve libertades. La política no solo se desarrolla en las instituciones gubernamentales; los asuntos del poder están mediados a través de múltiples expresiones institucionales: el mercado y la economía, la cultura y los territorios, la familia y los vecindarios, los medios de comunicación respecto al relato común de vida y a las percepciones diarias; son innúmeros los lugares en los cuales se configura la cultura política nacional. Sin embargo, esta mirada del poder en una nación no puede olvidar el hecho de que instituciones, pueblos y comunidades, se forman a partir de la existencia de personas, seres humanos de muy diversa condición que habitamos tiempos y espacios, morando el país que inventamos y hacemos desde nuestros propios gestos.
Cuando se cierra el calendario anual las personas hacemos balances, anticipaciones, proyecciones, marcamos hitos en los tiempos venideros y de esa manera formamos nuestras voluntades, tratando de afrontar la realidad que vendrá; en ese ejercicio nos habitan miedos y esperanzas sobre los momentos venideros que buscamos gobernar; esta tensión que es para la existencia misma, tiene una dimensión política que involucra el espectro de los comportamientos y las estructuras colectivas en las que se juega la orientación y el mando social. La vida política del país por estos días se pregunta qué pasara en el nuevo año, y entonces emergen campos de imaginación que devienen en agendas, metas y debates profundos sobre la vida compartida y sus destinos. A continuación recojo de mi propia cosecha de observador de la vida nacional, siete hitos que seguramente moverán las ruedas del 2023; por supuesto están en un orden aleatorio y son una invitación a pensar la política en el año que se nos vino, para que cada lector, cada lectora, saque su propia cosecha de los hitos de este tiempo, que viviremos ojala con bienestar:
- La promulgación y puesta en marcha del Plan Nacional de Desarrollo 2023-2026 con vocación de sustentabilidad ambiental y transformación territorial y productiva. Tener un buen plan no garantiza una buena ejecución de los cambios comprometidos, pero no tenerlo es un gran riesgo; en ese sentido, la expectativa del año venidero es que el plan sea de toda la nación y que garantice la movilización no solo de los aparatos burocráticos, sino de todos los sectores sociales.
- El inicio de funcionamiento del Ministerio de la Igualdad con sentido de equidad e inclusión, permitirá generar un nuevo ciclo de políticas públicas que concreten derechos sociales y económicos consignados en la constitución de 1991, para superar las barreras de la pobreza, el racismo estructural y las exclusiones de género. En el inicio es fundamental que esa nueva estructura gubernamental aborde aspectos sustantivos de la vida territorial y poblacional, pero con un sentido muy amplio que arrope la potencia de las diversas poblaciones, sin asistencialismos.
- Que arranque el servicio social alternativo, será un aliento para que las nuevas generaciones se vinculen a la construcción de país lejos de las armas y de la guerra. Dado el carácter progresivo de esta medida, es fundamental que se avance en generar múltiples alternativas que nos permitan aprender de los nuevos caminos del servicio al país por parte de las nuevas generaciones, desde asuntos como la educación ciudadana y cívica, la ecología, el manejo de conflictos.
- Lograr una transformación en la seguridad social será cuestión de concertar con múltiples sectores del país las reformas de salud y pensiones respectivamente; este hito tiene una gran vocación social, pero implica un debate ideológico y técnico sobre las relaciones entre sociedad, estado y mercado, de cara a la construcción del bienestar y el buen vivir. Es fundamental encontrar fórmulas viables que impliquen acuerdos de país que sean sustentables.
- Ha sido de gran inquietud el asunto de la democratización de la economía y la nueva agenda energética. Esta cuestión involucra grandes tensiones entre las fuerzas del gobierno y los gremios empresariales, sectores académicos y medios de comunicación. Será clave atemperar esa discusión, aterrizarla, no dejar que se desborde en ataques e incomunicaciones llenos de violencia simbólica. Un buen ejemplo ha sido el acuerdo entre el presidente y el gremio ganadero respecto a la compra de tierras para asignarlas al campesinado; en ese mismo sentido, la transición energética requiere un pacto especifico y lograrlo es cuestión de salir de las prepotencias y encontrar caminos de acercamiento progresivo.
- Las elecciones locales que tendrán lugar el 29 de octubre del 2023, implican un año de calendario electoral regional, municipal y distrital; se va en busca de renovar los poderes y la democracia local. Salir de las mafias y el gansterismo político que supura en la piel de campos y ciudades es fundamental; será la ocasión de avanzar en derrotar clientelismo y la delincuencia corrupta que tiene las manos puestas en el Estado. No es fácil, el reto no se agota en candidaturas y partidos, también es cuestión de una profunda reflexión en el campo ciudadano y popular sobre proyectos de vida compartida. El 2023 es el año de dar saltos en la construcción de una verdadera democracia social y todas y todos contamos.
- Las mesas de paz y los gestos humanitarios son hoy el signo de un proyecto de reconciliación en los campos y ciudades del país; en esto se requiere mayor madurez de parte de nuestras ciudadanías para entender que no se trata de desarmes descontextualizados, si no de gestar un nuevo proyecto civilizatoria de país en el cual quepamos todos y todas; en ese esfuerzo necesitamos poner todas las energías colectivas, porque la memoria de nuestros muertos, nuestros adultos mayores que han visto pasar tanta violencia y las nueva generaciones que anhelan otra nación, nos lo exigen para que se pueda de verdad expandir la vida.
En esta lógica anticipatoria, es importante tener mucha tranquilidad para recibir el 2023, abrazarnos en la diferencia y confiar en nuestra propia capacidad de discernimiento y acción desde la buena voluntad. Salud por el 2023, Feliz año ve..
