Con 22 puntos entre Bogotá y Chía, el restaurante de comida asiática WOK, se compromete a poner esta gastronomía “al alcance de todos”. Desde la decoración, el ambiente, la forma en que sirven sus platos y la atención que dan a sus comensales se siente la belleza, riqueza y orden que caracteriza a Asia. Con preparaciones principalmente tailandeses, ofrecen arroces, ramen, curries, makis, sopas, fideos, entre muchas cosas más. Esta es la historia de WOK.
Todo inició gracias al colombiano Benjamín Villegas, quien a mediados de los 90’s estudiaba cocina en Londres, lavaba platos y salía a probar comida asiática en su tiempo libre. Fascinado por esa riqueza gastronómica al terminar sus estudios decidió irse seis meses a la India, recorriendo y tomando fotos en los mercados y aprendiendo sobre sus especias.
Pero al descubrir las recetas tailandesas decidió irse a Tailandia, vivió con una familia local que tenía un restaurante, él les ayudaba a organizarlo y a cambio ellos le enseñaban a cocinar todos sus platos autóctonos. Cuando había aprendido más que suficiente regresó a Colombia y en el año 1998, fundó en Bogotá su restaurante Wok: comida tailandesa y japonesa, fresca y a precios asequibles. Su idea era cambiar el panorama de la alta comida asiática en Colombia porque no era asequible para muchos.
El éxito y despegue de este proyecto llegó ya en los años 2.000, cuando facturó hasta 1.000 millones de pesos. Ricardo Macía, gerente de otra red de restaurantes de Bogotá, escuchó que Benjamín Villegas y sus socios querían vender. Hablo con ellos y se unió al equipo, Villegas proyecta ideas como fundador y Ricardo administra como CEO, la idea era crecer sin perder la esencia.
Villegas, basa su menú en productos tailandeses cultivados aquí, usando las semillas que trajo él desde Tailandia. La producción de Wok fueron tan exitosos que decidieron buscar proveedores en Colombia que pudieran cultivar lo que el Chef necesitaba. Al hacer esto, se comprometió inmediatamente con el apoyo al desarrollo de campesinos y agricultores colombianos. El caso fue estudiado por la Universidad de los Andes de Colombia (Uniandes), en el paper “¿Wok: ¿una cadena de restaurantes sostenible?” en el año 2012.
Estos restaurantes importan sólo el 45 por ciento de los ingredientes. Por eso buscan constantemente proveedores directos y para el 2019 ya eran 200, entre los que destacan productores de anacardos en el departamento de Vichada, pimiento en Putumayo y pescado pirarucú en Caquetá.
En el 2018 sumaron 107.404 millones de pesos, con un crecimiento de 12 por ciento, frente al 2017, cuando totalizaron 95.982 millones de pesos. En la actualidad es manejado por la compañía Lao Kao, pero el fundador Benjamín Villegas Bayer aún se encuentra como inversionista.
Es un negocio próspero que se ha tomado la capital y los corazones de los bogotanos, siempre hay comensales, incluso, los fines de semana hay fila para entrar. Las razones pueden ser muchas. Primero, aunque WOK se inclina hacia preparaciones de Tailandia y Vietnam, muchos ingredientes son locales y adaptados a los sabores colombianos. Lo que abre un mundo de posibilidades a sus comensales.
Segundo, lo asequible de la relación calidad, tamaño y precio del restaurante, se encuentran platos que van desde los 17 mil pesos hasta los 54 mil pesos, ofrecen entradas, platos fuertes, bebidas y hasta postres. Sus platos recomendados de la casa son el Phad Thai y el Bamboo Wok. Por el momento la mayoría de sus sedes están en Bogotá y una en Chía. Están propiciando que los servicios y experiencias que brindan en la capital sean lo suficientemente fuertes. Pero muchos esperan la proeza de que se expandan a otras ciudades del país.
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