La primera vez que Claudia López y Angélica Lozano cruzaron palabra fue en el auditorio del colegio Gimnasio Moderno de Bogotá. La investigadora de la Corporación Arco Iris Claudia López estaba presentado su libro sobre parapolítica: Y refundaron la patria. Angélica Lozano, quien acababa de dejar de ser la alcaldesa local de Chapinero, era una de las asistentes al evento.
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Después de los aplausos, Angélica Lozano hizo la fila para Claudia López le firmara el ejemplar que llevaba en las manos. –“pero si es mi alcaldesa preferida”, fue la frase con la hoy alcaldesa Mayor de Bogotá recibió a Angélica Lozano, quien no se imaginaba que sería reconocida por la autora del libro. Después de una corta conversación intercambiaron números de teléfono. Empezaría una amistad que se nutrió principalmente a través de redes sociales.
Fue Angélica quien siempre daba el primer paso. Ella fue quien estrechó el cerco sobre la mujer que años después se convertiría en su esposa y el amor de su vida. Angélica se aparecía en cada uno de los eventos en los que la investigadora estuviera presente.
Angélica se había declarado abiertamente gay después de salir de la universidad de La Sabana, de donde se graduó como abogada. Su primera relación homosexual fue con Catalina Lleras, con quien lideró una iniciativa ciudadana contra la corrupción.
Cuando Angélica estuvo segura de su orientación reunió a su mamá y a su tía en un restaurante del Centro de Bogotá para contarles su secreto que no fue bien recibido. Por otro lado, aunque a Claudia López siempre le gustaron las niñas y sabía que era lesbiana, mantuvo su secreto por muchos años. Una de las últimas personas en enterarse fue su mamá, María del Carmen Hernández, a quien, aunque también le costó trabajo entenderlo, terminó por aceptarlo.
La relación entre Angélica Lozano y Claudia López empezó lentamente. Inició con el acompañamiento de Angélica a una tusa por la ruptura amorosa que tenía sumida a la alcaldesa de Bogotá en una profunda depresión.
Por aquellos tiempos de 2012 Claudia López hacía campaña política para la alcaldía de Enrique Peñalosa y ya Angélica era concejal de Bogotá y le pidió ayuda a Claudia López para presentar una rendición de cuentas. La cita de trabajo terminó siendo la primera salida. Ese día, después de trabajar un par de horas, terminaron de rumba en la casa de un amigo.
"Llegamos donde mi amigo y entonces, pues ajá. Lloré, me consolaron, charlamos, bailamos, reímos... Y entre una margarita y otra margarita lo que pasó, pasó", contó Claudia López.
Después de ese primer encuentro, estuvieron juntas todo ese fin de semana. Y la a la semana siguiente Claudia López se regresó a estudiar su maestría en Chicago. Las dos creyeron que su encuentro había sido amor de paso, pero un un mensaje de Claudia López, con el que le decía que la extrañaba, avivó la ilusión y el corazón.
Angélica Lozano viajó a Estados Unidos en la semana santa de ese 2012 y allá, lejos de todo y de todos, se declararon su amor para nunca más separarse. Fueron desde entonces aliadas y amigas y cómplices en la vida privada y pública. Tanto así que en 2014 se lanzaron como equipo para llegar al Congreso. Alquilaron un salón en el Hotel Royal de Bogotá y lograron salir elegidas. Angélica Lozano logró la Cámara de Representantes y Claudia López llegó al Senado con más de 50 mil votos.
Sus proyectos siempre han contado con un férreo acompañamiento mutuo. Pelearon juntas codo a codo en la lucha contra la corrupción que terminó en la consulta popular con la que recogieron más de cuatro millones de firmas. También estuvieron juntas y celebraron a rabiar cuando Angélica Lozano llegó al senado por los Verdes.
Su amor, nunca disimulado públicamente, lo sellaron con un matrimonio civil en diciembre de 2019, que las ha dejado ver como una de las parejas gay más estables dentro del poder político.
