Un nuevo hecho de intolerancia, esta vez protagonizado por un hincha del Deportivo Independiente Medellín (DIM), deja entrever la inseguridad e intolerancia a los que están o estamos expuestos quienes asistimos a un partido de fútbol.
Este sábado 21 de septiembre, en el estadio Atanasio Girardot, durante el partido entre Independiente Medellín y Millonarios Fútbol Club, de la fecha 12, fue arrojada desde la tribuna noroccidental una navaja tipo puñal por un hincha del Medellín, cuando jugadores del equipo capitalino festejaban su segundo gol, quienes por fortuna resultaron ilesos.
Este tipo de comportamientos, reprochables e intolerantes, dejan muchas dudas por resolver debido al mal comportamiento que ha tenido la hinchada del poderoso de la montaña durante las dos últimas fechas de la Liga Aguila 2019-II, protagonizando desmanes previos, durante y después de cada partido.
¿Cómo este joven pudo ingresar esta arma cortopunzante al estadio?, ¿existe algún tipo de complicidad por parte del equipo frente a lo sucedido?, ¿sancionarán al individuo y/o al equipo?, ¿recibirá sanción o castigo ejemplar este sujeto?, ¿podrá disputarse de nuevo un partido en paz? Estos son las interrogantes que hay plantearnos respecto a los recientes acontecimientos.
Estos comportamientos, los cuales han sido repetitivos y constantes, dejan en claro la clase de sujetos que hacen parte de estas hinchadas. Desde hinchas, vándalos, criminales hasta delincuentes.
El partido frente al Envigado, pese al triunfo del cuadro de Medellín (2-4), lo dejó en claro. La hinchada de la barra brava Rexixtenxia Norte en señal de protesta por el bajo rendimiento del club arrojó al campo de juego jeringas con sangre.
Estos mal llamados hinchas no solamente representan un peligro inminente para los jugadores, sino también para cada una de las personas, quienes muchas veces van al estadio en compañía de sus familias cada sábado o domingo a disfrutar de un partido de fútbol en paz.
Deberían de una vez por todas, con total rigurosidad, sancionar con medidas ejemplares y restringir de por vida a estos sujetos que ponen en tela de juicio la seguridad en los estadios, y por ende, de quienes asisten a los encuentros futboleros.
Con los recientes casos por parte de estos señores, y la inseguridad e intolerancia que habita en algunos estadios del país, opto por disfrutar de un buen encuentro a través de la pantalla de un televisor, a sabiendas de poder vivir en carne propia el fervor y la alegría de festejar un gol de mi equipo favorito en el campo de juego.