Como si se tratara de un paciente en recuperación, el proyecto hidroeléctrico de Ituango avanza en franca mejoría. Hoy más de 1.500 hombres trabajan diariamente esperanzados en ponerle fin a la contingencia que ocurre desde el 28 de abril de 2018.
“Nos levantamos todos los días con la mejor energía para, si Dios quiere, superar toda la contingencia. Siempre estamos pensando en dos, tres o más soluciones en cada situación compleja que tenemos. Trabajamos de día y de noche con las cuadrillas para llevar a buen punto las diferentes soluciones propuestas”, dijo William Giraldo Jiménez, vicepresidente del proyecto Hidroituango.
En la actualidad, Empresas Públicas de Medellín, EPM, y el consorcio CCC Ituango tienen diferentes frentes de trabajo en el megaproyecto que se espera produzca 2.400 MW (megavatios) de energía para cubrir el 17 % de la demanda energética del país.
Cuando la obra estaba en el 86% de ejecución, sucedió lo impensable e inesperado. Desde ese momento todo empezó a girar en todo de alertas y estrategias de contingencias orientados a salvaguardar la seguridad de las comunidades circundantes y del personal activo en la obra.
Los operativos de emergencia y seguridad en cara a la crisis han permitido que se vaya tomando el control poco a poco de cada frente intervenido. Más allá de las discusiones políticas, se espera que finalizando 2018 se produzcan más noticias buenas en Hidroituango y que finalmente en 2021 se empiece a generar energía. Un retraso de tres años dada las circunstancias ya conocidas.
Tanto el gerente de EPM, Jorge Londoño De la Cuesta, como los representantes de la Junta Directiva de la empresa, en cabeza del alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez Zuluaga, son optimistas, pero cautelosos en dar tiempos para subsanar todos las “heridas” que hoy tiene Hidroituango producto de la contingencia.
De acuerdo con el vicepresidente del Proyecto, se contrató con la empresa chilena Skava Consulting S.A un estudio causa raíz, para clarificar la causa del colapso del túnel de la Galería Auxiliar de Desviación (GAD) que el pasado 28 de abril originó toda la crisis. El veredicto se conocerá a finales de octubre o comienzos de noviembre. En estos momentos, se están realizando pruebas y simulaciones sobre las diferentes variables que pudieron derivar en la situación de la GAD.
Otro de los estudios que se desarrollan es uno contratado con la firma suiza Poyry en el que se determinará que la obra sí cumpla con los parámetros de seguridad exigidos por ley. De igual forma, se contempla un análisis sobre el estado actual del proyecto. Estos estudios fueron pagados por EPM por un valor de 435.000 dólares.
El pasado martes 9 de octubre, EPM fue informado por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, ANLA, que solicitó una cotización a la Unidad Ambiental de la ONU “para hacer el estudio de la conformidad de las obras, no solamente hoy, sino a futuro y garantizar que las comunidades no tengan ningún tipo de riesgo.
Después de que ocurriera el derrumbe en la GAD el pasado mes de abril, se inició un operativo logístico e ingenieril para solucionar las filtraciones que estaban produciendo y que generaron una creciente súbita del río Cauca el 12 de mayo.
Producto de esa situación, poblaciones ribereñas aguas abajo tuvieron que ser evacuadas con urgencia, pese a que, en Puerto Valdivia, corregimiento de Valdivia, ocurrieron los daños más graves por la contingencia que se salió de manos en ese momento y estalló en la situación compleja que se ha vivido en los seis meses siguientes. En las últimas semanas, varias familias de Puerto Valdivia que fueron evacuadas por seguridad han retornado sanos y salvo a sus casas.
