Aunque los reportes sobre la supuesta sobredosis por heroína que sufrió esta semana la popular cantante Demi Lovato no se han confirmado, con ellos el tema del porqué de la fuerte vulnerabilidad de las mujeres frente a los opiáceos vuelve a estar en el ojo del huracán.
Resalto el tema de género porque según la Asociación Americana de la Medicina para la Adicción, nosotras somos más propensas a ser diagnosticadas con drogas para el dolor. Es factible, dicen algunos estudios, que tengamos mas tendencia a desarrollar dolores crónicos y que con ellos tengamos la perfecta disculpa para el uso indiscriminado de los opioides.
En Estados Unidos, del total de prescripciones de este tipo de medicamentos que se recetan por año, el 65 % corresponde a pacientes mujeres.
Así mismo, según reportes del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU, las mujeres son más dadas a usar estas medicinas para combatir la ansiedad, la depresión, el insomnio o el estrés, y acceden a ellas con receta o sin ella.
Cuando se dan situaciones de abuso, maltrato o acoso,
con el aval de los médicos las mujeres
tienden a tratar las cicatrices emocionales con estos medicamentos
Cuando se dan situaciones de abuso, maltrato o acoso, -prevalentes en esta y otras sociedades- con el aval de los médicos las mujeres tienden a tratar las cicatrices emocionales con estos medicamentos.
También son usadas para disminuir dolores posoperatorios o propios de cirugías menores para los cuales se utilizan, por lo general, dosis de los más agresivos que generan dependencia con mayor rapidez.
En Estados Unidos, mujeres entre los 25 y los 54 años de edad son las más afectadas y aquellas entre los 45 y los 54 son las que presentan mayores chances de morir por sobredosis.
Estas drogas no solo quitan el dolor temporalmente. Dejan una sensación de bienestar ficticia y pasajera que se mantiene solo si se repite el consumo del medicamento. Con el tiempo, el efecto de bienestar es cada vez más corto, y entonces se hace necesario el aumento del número de pastillas. Así nace la adicción.
Se cree que uno de cada cuatro pacientes diagnosticado con opioides por largos periodos de tiempo desarrolla dependencia los medicamentos.
En Estados Unidos, entre 1999 y 2016, las muertes por sobredosis de opioides aumentaron siete veces más entre las mujeres que entre los hombres.
El tema ha sido reportado ampliamente en los Estados Unidos por considerarse ya una epidemia nacional causada particularmente por las farmacéuticas. Organizaciones que al parecer, no calcularon nunca los efectos secundarios y que en los años 90 vendieron estas drogas como la panacea contra el dolor, afectando principalmente a las mujeres. Son ellas quienes más recurren a los consejos de los médicos.
El caso de Demi Lovato es uno de miles que a diario se dan en diferentes zonas del país. Jóvenes y adultas recurriendo a este tipo de drogas para dormir o anestesiar dolores mucho más profundos que los físicos.
El triste historial de la cantante ha revelado problemas de familia y sociales que sin duda influyeron en el abuso de esta y otras sustancias. Sin embargo, y mientras se confirman los reportes de la posible sobredosis de Lovato, es importante reflexionar sobre la verdadera causa de los dolores de las mujeres en esta sociedad. Dolores que no se curan con medicinas.
Heroínas heroinómanas.
