La década de los 50 fue un periodo clave para la industria petrolera colombiana, no solo porque en esos años se dieron importantes descubrimientos como el campo Yariguí, sino también porque fue en 1951 cuando nació, en el gobierno de Laureano Gómez, la Empresa Colombiana de Petróleos, la cual años después se convertiría en Ecopetrol, la compañía más valiosa e importante del país.
En ese entonces era tal la producción de barriles de petróleo que se hacía difícil depender exclusivamente del transporte terrestre para llevar a cabo todas las operaciones de la industria, entre las cuales está por supuesto el desplazamiento de funcionarios y directivos e incluso carga. Por esta razón se comenzó a considerar el transporte aéreo como una necesidad y fue allí cuando nació Helicópteros Nacionales de Colombia o Helicol, la primera operadora de helicópteros del país, el 3 de julio de 1955.
Todo fue parte de una iniciativa de Keystone, una empresa norteamericana que consolidó una alianza con Avianca, la aerolínea más antigua de América Latina que había nacido como Scadta - Sociedad Colombo-Alemana de Transportes Aéreos -en Barranquilla y que realizó su primer vuelo desde la Costa al interior del país en 1920. Durante sesenta años, Helicol formó parte del portafolio empresarial la de aerolínea.
El primer socio comercial para fortalecer la estrategia de exploración petrolera fue la británica Shell, que para entonces ya había adquirido la Compañía de Petróleo El Cóndor y era un fuerte competidor en el mercado que ya no era tan emergente. Años después realizarían alianzas con otras importantes empresas de hidrocarburos como la Texas Petroleum Company y la Gulf Oil Corporation y comenzarían a diversificarse pasando también a apoyar la industria minera, la de la construcción y hasta la fumigación de cultivos, en un proceso de crecimiento que no ha parado; gran parte de las utilidades van al presupuesto nacional para la financiación de proyectos de gobierno.
A los helicópteros de Helicol les salió una fuerte competencia justo antes de cambiar de dueños
Helicol estuvo cuarenta años solo en el mercado aéreo, hasta que, a finales de 1999, resultó competidor: Helistar fundada por el empresario Orlando Cabeza Peñaranda, una compañía con un objetivo bastante similar que dos décadas después daría muchos dolores de cabeza.
Avianca terminó en manos del empresario panameño Julio Mario Santo Domingo hasta su decisión de vendérsela en 2004, a un precio irrisorio al boliviano Germán Efromovich y su Grupo Synergy.
La compañía comenzó a acumular deudas, no por la gestión de Efromovich y de su empresa con sede en Panamá, Aerovías Dorado Corp, que hoy en día permanece como la controlante de Helicol según su registro mercantil, sino por factores externos como la tasa de cambio, el costo del combustible y, especialmente, obligaciones relacionadas con el pasivo pensional de sus empleados, lo que les generó un proceso arbitral con Valorem, el brazo empresarial de los Santo Domingo en Colombia, ex propietarios de Avianca. Todo esto los llevó a que Helicol se acogiera a la Ley de Insolvencia ante la Superintendencia de Sociedades en 2019.
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La licitación de Ecopetrol: La manzana de la discordia
La dimensión como empresa y su músculo económico hacen de Ecopetrol una atractiva compañía con la que cualquier empresa de aviación aspiraría a firmar un contrato. Esto abrió el apetito por el transporte en helicópteros que significaría muchos viajes y una robusta facturación. Sin embargo, desde el 2011 la empresa Helistar tiene amarrado el contrato de prestación de ese servicio con la petrolera. Esto ha generado suspicacia de parte de sus competidores, quienes se han quejado por falta de reglas claras y por presuntos requisitos injustos en esa primera licitación que tuvo lugar hace 13 años y en las que han venido en años posteriores.
Justamente, uno de los perdedores en todos esos procesos fue Helicol, quienes denunciaron plazos imposibles para presentar las aeronaves para revisiones y que Cenit, filial de Ecopetrol dedicada al transporte y la logística de la petrolera y que está encargada del proceso de licitación de los helicópteros, se atribuía la facultad de negociar directamente con algún oferente, según reportó Portafolio en marzo de 2023. Además, la petrolera habría cancelado procesos en los que otras empresas habrían tenido la posibilidad de participar.
La Superintendencia de Industria y Comercio, entidad a cargo de la abogada Cielo Rusinque, tomó cartas en el asunto y después de estudiar todas las licitaciones que tuvieron lugar entre 2011 y 2023 decidió formularle un pliego de cargos a Ecopetrol, a Cenit, a Ocensa, otra filial de Ecopetrol y a la propia Helistar porque encontraron suficiente evidencia como para determinar que en todos estos procesos hubo pliegos sastre, es decir, hechos a la medida para beneficiar a la empresa de helicópteros.
La respuesta de la petrolera fue atender las exigencias de la Super modificando el proceso de licitación que está abierto en este momento. Su solución fue ampliar el plazo para escuchar oferentes hasta el próximo 26 de junio y asegurarse de que haya una mayor participación que en ocasiones anteriores. Además, ya le habían solicitado a la Procuraduría que mantenga una vigilancia preventiva para que se asegurara la transparencia.
Entre tanto, Helicol, empresa que tiene como CEO y representante legal desde 2014 al ingeniero industrial Juan David Restrepo Botero, confía en que la petrolera permita la entrada de más propuestas para la licitación. Todo mientras encuentra la manera de pagar las millonarias deudas que los tienen en reorganización desde hace cinco años con acreedores como la Concesionaria Operadora Aeroportuaria Internacional S.A. (OPAIN), quienes denunciaron una falta de pagos que obligó en su momento a la Supersociedades a llevarlos a una audiencia de incumplimiento, que colocaría a Helicol en la ruta de la liquidación definitiva, algo que han logrado evitar en estos cinco años de reorganización.
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