El actual alcalde de Bucaramanga, el ingeniero civil y reconocido constructor de viviendas, doctor Rodolfo Hernández, está involucrado en estos momentos en una fuerte controversia con amplio cubrimiento en la prensa regional sobre un contrato para el manejo tecnológico de las basuras de la capital del departamento de Santander.
A mí me late que lo que hay allí es una oscura maniobra de la parapolítica y las redes de corrupción del clientelismo tradicional contra el gobierno del señor Hernández y su consistente campaña para erradicar la corrupción en la administración pública municipal.
Este fue elegido en el año 2015 por el movimiento cívico Lógica, Ética y Estética, con el que obtuvo el 28,83% de los votos, aproximadamente 80 mil sufragios, bajo su bandera, que fue la misma desde el inicio de la contienda, de acabar con la corrupción en Bucaramanga. Hernández fue consistente en su mensaje e inclusive, en algunos debates, se le cuestionó por una innecesaria amplitud en su propuesta de gobierno, pero siempre se sostuvo en que la gran necesidad de la ciudad es luchar contra la corrupción.
Uno de los más importantes resultados de la estrategia ética y en defensa del interés público de Hernández, es la acción penal y penitenciaria contra el anterior alcalde, Lucho Bohórquez, quien de acuerdo con las investigaciones criminales protagonizó un atraco descomunal, equivalente a los 330 mil millones de pesos, contra el presupuesto de la administración municipal, durante los años 2012-2015, mediante unas fundaciones religiosas gestionadas por sus parientes más cercanos las cuales monopolizaron y saquearon la contratación de importantes obras civiles de la ciudad.
Para contrarrestar la valerosa acción del alcalde Hernández, fichas de la parapolítica de Convergencia y Opción Ciudadana han orquestado, mediante altisonantes debates del concejal Pedro Nilson Amaya, varias denuncias sobre redireccionamiento de un contrato de manejo de basuras para favorecer a Vitalogic, pidiendo el retiro del actual gerente de la Empresa de basuras de Bucaramanga. El cabildante afirmó que el proceso para adjudicar la construcción de una planta para transformar los residuos sólidos en Bucaramanga habría sido redireccionado desde un principio, para que el contrato quedara en manos de la empresa Vitalogic.
El hecho involucraría a Luis Carlos Hernández, hijo del alcalde Hernández y a su esposa.
Otra de las personas que figura en el supuesto acuerdo de corretaje es Jorge Alarcón, quien fue contratado como asesor de la Emab para que diseñara los pliegos de requisitos de la invitación pública para la adjudicación del contrato de las basuras.
El concejal Amaya alegó que esta consultoría sirvió para direccionar la contratación hacia una tecnología para el manejo de basuras denominada WTE, lo que beneficiaría a la firma Vitalogic. "La tecnología WTE solo la maneja Vitalogic. Es una franquicia de Estados Unidos y direccionaron (en la Alcaldía de Bucaramanga) el proceso para ellos.
Por esta razón, considera que la adjudicación del contrato estuvo premeditada, por lo que instauró una denuncia ante la Superintendencia de Servicios Públicos en la que solicita retirar a José Manuel Barrera como gerente de la Emab y a Rodolfo Hernández como presidente de la Junta Directiva de la Emab
En cuanto a Vitalogic, Manuel Barrera asegura que no se direccionó el contrato para beneficiar a esta empresa. Si estuviera direccionado, estaría firmado hoy el contrato. Estamos ante una demanda por parte de ellos. Consideran que son los ganadores de ese proceso, pero nosotros consideramos que no cumplieron.
El alcalde ha dicho de todas las formas que será inflexible en caso de que alguno de sus colaboradores quiera aprovecharse para adjudicar un contrato en contra de los intereses de los bumangueses. Y ratificó que no permitirá ninguna intervención, ni siquiera la del Papa para beneficiar a terceros.
De acuerdo, en esta controversia hay más mentiras que verdades. Puede ser que existan ciertas cosas irregulares en el trámite de la contratación para el manejo tecnológico de las basuras de Bucaramanga, pero hasta el momento nada de lo dicho por los opositores de la parapolítica y el clientelismo se corresponde con la realidad.
Son las triquiñuelas del mundo de la politiquería que quiere impedir que se vaya a fondo en la acción del burgomaestre de Bucaramanga para erradicar la corrupción que invadió los espacios del gobierno local y que desde la Veeduría ciudadana “Bucaramanga decente” acompañamos.