La coyuntura política desatada por la decisión de EPM de demandar a los contratistas del proyecto Hidroituango ya completa 17 días. Desde que se conoció la noticia comenzó la lluvia de opiniones, críticas y señalamientos en contra de Quintero, las cuales inicialmente parecían provenir de ciudadanas del común, y pretendían hacernos creer a los medellinenses que era la sociedad la que estaba en contra de la decisión del alcalde y que no habían intereses políticos, ni económicos involucrados en esta supuesta iniciativa ciudadana.
Como decían las abuelas “la verdad escondida aparece” y fue precisamente esto lo que sucedió en un evento convocado por Alejandro Posada en el grupo MedellínPideRevocatoria a las afueras del edificio inteligente de EPM, el cual tenía como finalidad notificarle a Quintero que darían inicio a una campaña de revocatoria en su contra. Sin embargo, fue allí donde se le “chispotió” un poco más de información.
Según lo expuesto por Posada en el video anterior “acababa de sostener una reunión con Alfredo Ramos, Federico Gutiérrez, Juan David Escobar, Juan David Valderrama y una cantidad de empresarios sobre el apoyo a la iniciativa de revocatoria”.
El apoyo de estos políticos a la iniciativa podría asociarse a un complot, en el que se evidenciarían las oscuras intenciones y los intereses reales que tienen en la situación, ya que han mostrado, en mi opinión, que solo buscan arrebatarle a la alcaldía a Quintero para devolverle el poder y la conveniencia a los partidos políticos de siempre y a sus allegados, los grandes empresarios.
En entrevista a Gran ciudad, el excandidato a la alcaldía Juan David Valderrama desmintió lo dicho por Alejandro Posada y manifestó que, según él, no tiene intenciones de revocatoria. De hecho, aprovechó para restarle apoyo público al movimiento, manifestando que ve mucho más viable una veeduría ciudadana que una revocatoria de mandato. Sin embargo, no podemos olvidar que estos políticos han hecho gala de las mejores estrategias y artimañas para manipular la opinión de los ciudadanos (mentir, dividir y confundir), mostrándonos a los medellinenses un alcalde culpable por defender los intereses de la empresa más importante para los antioqueños, mientras ellos en secreto solo buscan la obtención de beneficios propios.