En su momento fueron los pediátricos y los anticonceptivos, luego fueron los medicamentos para tratamientos psiquiátricos y los que se dirigen a enfermedades no transmisibles y ahora son hasta 1.242 los medicamentos de diferentes clases que se encuentran desabastecidos. Lo cierto es que tanto la escasez como el desabastecimiento de medicamentos llevan ya varios años siendo un tema importante de discusión y ahora volvieron a serlo gracias a un reporte de la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral. Pero, ¿por qué pasa esto?
Es importante resaltar que este no es un problema que aqueja solo a Colombia, sino que se está presentando en varios países del mundo. Entre las razones que suelen presentar las autoridades para justificar la escasez están la pandemia, las dificultades para obtener materia prima a raíz de la guerra de Ucrania y, para el caso de Colombia, la lentitud del INVIMA para otorgar aprobaciones.
No obstante, poco se habla de otra causa que puede motivar el desabastecimiento de medicamentos: la regulación de los precios de los mismos que ha llevado a que los laboratorios, al no ver rentabilidad, tengan reparos a la hora de comercializar algunos de sus productos en el país.
Según la circular 13 de 2022 del Ministerio de Salud y Protección Social, actualmente son más de 3.000 las presentaciones de medicamentos que tienen precios regulados, es decir, que cuentan con un precio máximo de venta que no se puede sobrepasar.
Esta regulación, cuyo autor original fue el actual ministro de Educación Alejandro Gaviria cuando era jefe de la cartera de Salud del gobierno Santos, tiene como objetivo que que no le cobren a Colombia más de lo que les cobran a otros países y que los medicamentos sean más accesibles para todos los ciudadanos amparándose en el hecho de que son bienes preferentes. No obstante, la perspectiva de los laboratorios es diferente.
El propio Gaviria tuvo en 2016 una discusión acalorada con la farmacéutica suiza Novartis referente a cuál es el precio justo que deben tener los medicamentos. En ese entonces el debate giró en torno a un fármaco para la leucemia llamado Glivec. Tras tener que sortear amenazas legales por parte del laboratorio, el Gobierno logró declarar a Glivec como un medicamento de interés público y redujo su precio un 44%.
Sin embargo, este es tan solo un caso emblemático. En general las farmacéuticas multinacionales no han estado de acuerdo con la regulación y con la justificación de que los sobrecostos son culpa de intermediarios han seguido intentando subir el precio de los productos o, en últimas, los han dejado de comercializar.
La ACEMI aseguró que el problema actual de desabastecimiento persiste desde mediados de 2022 y entregó una lista de todos los principios activos que se encuentran en esta situación. Destacan los medicamentos para la hipertensión como amlodipino y valsartán, los psiquiátricos como quetiapina y risperidona, los anticonceptivos como levonorgestrel y los de enfermedades huérfanas como interferón alfa, entre otros. Vea la lista completa:
📌 comunicado @acemi_gremio señalando el desabastecimiento de medicamentos que YA se está viviendo en el país.El grupo con mayor riesgo es hipertensión arterial, trastornos mentales y dolor.
El Gobierno jamás volvió a convocar mesas de trabajo.Politiqueando e implosionando Salud pic.twitter.com/7sKjhMPFr1— Carolina Sánchez S ® (@carosanchez8) March 6, 2023
Referente a esto, hay que tener en cuenta que, aunque están escasas algunas presentaciones comerciales, no necesariamente lo están los respectivos principios activos, por lo que en muchos casos pueden encontrarse otras marcas con las mismas indicaciones y con características similares como la concentración o los excipientes.
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