La pandemia por coronavirus aceleró el cumplimiento del vaticinio del desaparecido pensador canadiense Marshall Macluhan: “El mundo es una aldea global”. Lo anterior al punto de que muchas de nuestras actividades se volvieron virtuales y la situación nos está cambiando “nuestras formas de ver”, como diría el gurú español de las comunicaciones Jesús Martín Barbero, tan conocido en Colombia por su paso por universidades, como la Valle, y por sus libros.
Sin ir lejos, los propios eventos de diversión y el entretenimiento han tenido que transformarse, fue así como en nuestro Valle del Cauca el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez y el Mundial de Salsa de Cali se volvieron virtuales y llegaron hasta las casas, aunque son revolú, “palenque” ni pistas para la rumba masiva.
Y en estos cambios ya vemos como las tradicionales citas médicas de “control del riesgo cardiovascular”, aquellas por motivos de la Presión, quedaron en manos de la telemedicina. El médico, día y hora asignada, llama al paciente bien sea a un celular o al teléfono fijo, le hace las preguntas de rigor y al WhatsApp le hace llegar la fórmula correspondiente.
La telemedicina en Colombia venía siendo aceptada como algo exótico y en la mayoría de los casos estaba al servicio de las zonas más apartadas, como el Litoral Pacífico, los Llanos Orientales y la Amazonía. Ahora el despegue se aceleró y ahora se habla de ella con mucha frecuencia.
En el sistema bancario también hay un acelerón hacia la virtualidad, mejor un empujón, al punto que la bancarización ya llega a todos los segmentos de la población. De esta forma han ido desapareciendo las grandes colas de los bancos, aunque al comienzo de las cuarentenas fue uno de los puntos flojos, porque decenas de usuarios tenían que acudir desde muy temprano en busca de los pocos cupos que se asignaban. El panorama viene cambiando a pasos rápidos en este frente.
Los otros festivales
Uno de los frentes que más ha cambiado es la realización y celebración de ferias y festivales, tal como sucedió en Cali con el Petronio Álvarez, el mismo que consistió en una serie de presentaciones que se hicieron a puerta cerrada y luego llegaron a las casas a través de pantallas, lejos de aquellas noches en que miles de personas acudían a cantar, bailar y pasar una noche inmensa cargada de folclor, de reencuentro, biche y platos favoritos ancestrales.
Cuando se habló del Petronio Arias virtual se escucharon muchas voces condenando la iniciativa, pero el tiempo y la realidad se encargó de demostrar que estábamos frente a una nueva realidad. Sin que esto signifique que no se añore los tiempos idos y lo más posible es que se regrese a lo de antes…pero se tendrá que combinar con la virtualidad.
Estos eventos tienen que estar acompañados de una promoción muy fuerte, porque de lo contrario no tendrán el imán para atraer seguidores, porque en este caso es indispensable conectarse y ello tiene un profundo significado. Acaba de suceder con el Mundial de Salsa de Cali, el cual tuvo poca trascendencia, a diferencia del Petronio que fue difundido ampliamente, hasta la controversia le sirvió para ser conocido.
Feria de Cali virtual
El pasado miércoles el alcalde Jorge Iván Ospina corrió el velo y dio a conocer que la 62 Feria de Cali será virtual huyendo de las aglomeraciones a fin de disminuir las posibilidades de contagio por coronavirus. Será del 25 al 30 de diciembre, tal como se ha acostumbrado en el mundo real. Igualmente, bajo la organización de la Corporación de Ferias y Eventos de Cali/Corfecali.
Como era de esperarse la ciudad se encuentra dividida, hay quienes están de acuerdo con esta forma de celebración, mientras que otro segmento de los caleños estiman que esos recursos se deben destinar a otras actividades y que “el tiempo no está para hacer ferias”.
El mandatario caleño indicó que se abrirá con el ya tradicional y siempre admirado Salsódromo, el mismo que era blanco de controversias salidas de sus tribunas y el cobro para verlo, así se dejaran espacios para observarlo gratis. Esta vez no se tendrá polémica por ello, pues estará al alcance de todos…aunque sin el calor, la emoción, el goce en grupos y todo aquello que se resumía en una expresión: “ir a ver el Salsódromo…”. Esta expresión es llena de contenidos que apuntan a comportamientos ciudadanos.
La programación tendrá sus variaciones con el propósito de acercarla a la virtualidad y es así como otro de los eventos a destacar será “el día del Pacífico”, gracias a que incluye la presentación de grupos folclóricos, artistas y todo aquello que representa a los ancestros.
La apuesta a una Feria de Cali virtual es fuerte y por eso desde ya se inició por parte de Corfecali y la Alcaldía una campaña envolvente para promocionarla y atrapar el interés de los ciudadanos. La misma controversia por su costo le servirá para promocionarle. Jorge Iván Ospina dijo que esta feria costará $11.000 millones. Ya hay quienes dicen que esos recursos debieran ser dedicados a otros frentes, incluyendo inversión social.
Yendo a otro frente, la misma Feria de las Flores en Medellín se hará de manera virtual: el jurado se desplazará hasta el vecino municipio Santa Elena para inspeccionar en terreno y definir los participantes, quienes llegarán a una pista de 900 metros en Medellín y desde allí se harán las transmisiones.
Como lo podemos apreciar, la pandemia por el coronavirus nos ha cambiado hasta la forma de relacionarnos con el mundo real.