Colombia jugó contra Brasil uno de los partidos de más alto nivel de toda su historia. En frente tenían unos monstruos. Monstruos que en minuto y medio ya habían dado señales de su poderío, y en tres ya se habían ido adelante en el marcador.
Pero Colombia no se amedrentó. Al contrario, salió a buscar el partido con más ganas. Y logró la hazaña. Superar a Brasil en eliminatorias. Sin contar partidos amistosos, Colombia únicamente le había ganado a Brasil dos veces en su historia, las dos por Copa América.
Pienso que para la mayoría de hinchas colombianos, este triunfo es más valioso que los dos anteriores. Es la primera vez que les ganamos a nuestro padre futbolísticamente hablando, en la carrera para un Mundial.
Muchas generaciones de colombianos crecimos haciéndole fuerza a Brasil en los mundiales, porque Colombia no iba, y porque, como muchos más fanáticos en el mundo, nos enamoramos de su jogo bonito y de sus extraordinarias individualidades.
El nivel de concentración y calidad de juego por parte de ambos equipos fue altísimo. Ventitres remates al arco de Colombia contra 12 de Brasil (10 a portería contra tres). El triunfo de Colombia fue un justo premio para quien buscó más el partido.
El Uno por Uno
Luis Díaz. La figura incuestionable. Sin lugar a dudas estamos frente a uno de los mejores futbolistas que ha dado Colombia en su historia. Esta fue una jornada para continuar escribiendo su legado. Tras enloquecer permanentemente a la defensa brasilera con desbordes y remates, por fin vio premiado su esfuerzo con dos goles de cabeza. El segundo con un altísimo grado de dificultad.
Después de Díaz, las figuras de Colombia para mi fueron Castaño y Muñoz.
Castaño. Cortó innumerables salidas de Brasil, generando muchas veces contragolpes. Ahogó permanentemente la salida del rival y siempre que recuperó entrego rápido y bien. Fue el principal dolor de cabeza para la generación de juego brasilero.
Muñoz. El lateral del Genk se jugó uno de los mejores partidos de su vida. Subió y bajó sin parar. Defendió con el alma y apoyó constante y efectivamente el ataque colombiano. Le ganó el duelo nada más y nada menos que a Martinelli.
Carrascal. Mostró otra faceta de su juego con selección, la de volante central. Gran labor en defensa que se suma a su acostumbrada vocación de ataque. Junto con Castaño, la principal piedra en el zapato para la generación de fútbol brasilero. Tuvo una oportunidad clara de gol en el minuto 15 tras pase de Luis Díaz, pero su remate salió con poca potencia.
Lucumí. Nervioso al comienzo pero poco a poco se afianzó y aparte de un par de malos despejes en la primera media hora, estuvo seguro y prácticamente no cometió errores.
Davinson. Da la impresión de que hubiera podido anticipar a Martinelli para evitar el pase que este le hace a Vinicius antes que lo asista para el gol. Pero es difícil no simplemente dar crédito a Vinicius y Martinelli por una jugada de una rapidez y coordinación extraordinaria. En el minuto 20 llega tarde a un cierre con Vinicius que le cuesta la amarilla. Por lo demás tuvo un partido correcto.
Machado. Sólido en marca y participativo en ataque. En el minuto 22 le puso un pase perfecto a Díaz para que rematara pero el disparo de Díaz salió desviado. Tuvo que cederle su lugar a Borja en el segundo tiempo por problemas físicos.
Uribe. El de menor nivel. Da la impresión que se queda en la marca de Vinicius en el gol brasilero, pero mas allá de eso, que es discutible, entregó varias veces equivocadamente, dejando mal parado al equipo. Lorenzo acertó cambiándolo para el segundo tiempo.
Borré. Corrió y luchó como siempre, pero esta vez fue intrascendente en ataque.
James. Lució poco en el primer tiempo, mezclando errores con aciertos. Tocó de primera y usó más su pierna derecha, como el partido lo requería, pero en por lo menos dos jugadas se le vio lento y los brasileros lo anticiparon. Tuvo un par de disparos de derecha al arco donde se notó la gran diferencia que existe con su zurda.
En el segundo tiempo, con los brasileros más cansados, fue de los más influyentes. Además de contagiar a sus compañeros con las ganas que siempre muestra, tuvo su premio en la asistencia para el gol del triunfo.
Vargas. Siempre que fue exigido respondió. En el min 53 salvó espectacularmente el arco tras remate de Raphinha al palo izquierdo.
Los que entraron
Borja. Entró sumamente concentrado en un partido de altísima intensidad. Recién entrado voló para cubrir a Davinson tras un tiro de esquina en el que Brasil contragolpeó muy rápido con Joao Pedro. Muy aplicado en defensa y con criterio a la hora de atacar. Centró de manera perfecta para que Díaz anotara el gol del empate.
Sinisterra. Muy buena actuación. Aunque parece enredado, casi siempre termina entregando bien el balón. Apoyó en defensa y siempre que tuvo el balón en sus pies fue para adelante. En el minuto 72 pone un pase perfecto para un remate de Diaz que controló Allison. Lodi vió la amarilla tras una falta sobre él.
Córdoba. Mostró potencia. Tuvo un remate al arco de zurda desde un ángulo muy difícil que desvío Allison. Sería interesante verlo más tiempo.
Rios. Aplomado. Entró con confianza en un partido que se iba todavía perdiendo. En el poco tiempo que estuvo en campo, cumplió.
Lerma. Muy pocos minutos para juzgarlo.
Lorenzo
No deja de sorprenderme. La escogencia de Carrascal y Castaño como dupla de contención fue osada. Creo que nadie la predijo y resultó siendo una jugada maestra. Sangre joven en el lugar de la cancha donde más se necesita correr. Los cambios fueron clínicos, en los momentos que se necesitaba y los jugadores que se necesitaba.
Admito que no sabía que a su escasa hoja de vida como técnico, hay que agregarle el haber sido finalista con Argentina del mundial Italia 1990. Eso le da otro nivel de credibilidad que para mi no tenía antes.
Sigo pensando que tenemos mejores opciones que Uribe (Lorenzo parece empezar a reconocerlo), que hay que darle más oportunidad a otros centro delanteros distintos a Borré y que James sería más decisivo entrando en los segundos tiempos.
Pero con este resultado, es imposible no rendirse ante Lorenzo y darle todo el crédito que se merece por haber armado un grupo que da muestras no solo de estar unido sino de tener ambición.
Con el regreso de Arias y tantos jugadores mostrando un alto nivel, Lorenzo tendrá muy difícil decidir los siguientes 11 titulares.
Como siempre he pensado, este no es un grupo lleno de estrellas como el que tuvimos en el 2014, pero es un grupo serio, que suma juventud y experiencia, y que si continúa así, puede llegar muy lejos. Ojalá que así sea.