El uribismo ha cultivado tantos enemigos en el país que ya ni siquiera los mismos paisas quieren saber de ellos. La cuna de Álvaro Uribe Vélez, o por lo menos una parte, se cansó de los candidatos de su partido que siempre prometen y prometen cosas, pero al final no son más que frases de cajón pegadas con babas. En Rionegro apareció este cartel promoviendo el rechazo generalizado con el Centro Democrático, que puso alcalde en el municipio hace cuatro años, pero no le cumplió a sus votantes. Solo hace falta asomarse precisamente por el terminal de transportes para darse cuenta que, por ejemplo, los conductores de las rutas municipales no aguantan más, menos por el nuevo sistema Sonrio que no ha sido socializado adecuadamente.
Está claro que por más mesiánico que sea Uribe en Antioquia, los paisas también se cansaron de él y de su partido porque hace parte del mismo grupo de políticos que siempre ha engañado al pueblo.