En las noches, el viento sopla con fuerza; en campo abierto y los campos, silba y hace temblar conciencias y cuerpos cuando golpea las esquinas de los techos y las cornisas; las mentes recorren los presagios que traen conflictos y enfrentamientos, programados por unos pocos personajes amparados en las armas. Lo dicen las noticias.
El pueblo del común no se arma porque tiene miedo; miedo a ir contra su conciencia, miedo a ser arrestados por enfrentar los sátrapas, miedo a ser heridos, maltratados, humillados, a la muerte, a ser desterrados por pensar diferente. ¿Qué pasaría si todo el pueblo se armara y enfrentara la maldad?
La maldad, utilizada por pocos, que consigue lo que quieren y producen miedo, permite que otros se dejen robar, oprimir, apresar, matar, desterrar, someter a la ignorancia y a la pérdida de la libertad.
Los falsos aristócratas, burócratas, políticos dictadores, también tienen miedo de perder su puesto y poder, porque no saben hacer más que vivir del dinero fácil y mal habido.
Venezuela con Maduro que dice ayudar a Colombia a conseguir la paz, se enfrenta a una guerra civil contra parte mayoritaria de su pueblo, que pretenderá sacar a los invasores cubanos y europeos; mientras, sus paisanos morirán y otros por miedo huirán como lo hicieron los cubanos desde 1.959 y hoy viven libres y progresando en estados unidos mas de dos millones quinientos mil.
Colombia se prepara y tiene miedo de un futuro programado por la traición, que abre las puertas a la invasión de cubanos y extranjeros, acabando con quienes en las universidades se han preparado para aportar a su país.
Dios también tiene miedo de escuchar que sus pastores aceptan que lo nombren para someter a los pueblos al tocar su sentimiento; olvidan que él, solo es amor y libertad.
La gente no tendrá miedo el día que entienda que: “nadie es eterno en el mundo”. Mi madre me decía no tengas miedo hijo, ten fe que el tiempo lo dirá y el bien triunfara.
En julio y agosto el viento eleva las cometas que surcan los cielos transmitiendo contento a los millones de niños que desprevenidos ríen y gozan con la esperanza de encontrar en ellas un porvenir de paz y libertad sin miedo.