Hasta dónde nos manejan los medios
Opinión

Hasta dónde nos manejan los medios

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abril 09, 2014
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Hasta dónde estamos desinformados o manipulados por los medios para propósitos diferentes al de que conozcamos una realidad sobre el tema que tratan, debería ser razón de estar preocupados.

En casos como el de Petro no ayudan a entender que lo que se debate no es si sus intenciones eran buenas o si lo que proponía vale la pena, sino que su destitución y sanción es por haber violado las normas. O en el caso del último fallo del Consejo de Estado tumbando el POT, que no depende de si es mejor o peor que el anterior sino que fue emitido sin llenar los requisitos legales.

Y, algo similar sucede respecto al argumento de que fue por sus convicciones políticas que el procurador emitió ese acto administrativo, cuando lo pertinente es limitar las facultades que le otorgan la Constitución y la Ley (o demandarlo si el caso es de abuso de ellas) o cambiar el Código Disciplinario, pero no pretender que, estando dentro de la legalidad esa capacidad, se abstenga de ejercerla porque la intención del sancionado era buena... lo que pasa es que vende más una polémica sobre cuál de dos actores es más perverso o despierta más antipatías.

Hasta dónde crean la 'información' los medios, y ante el escándalo desplegado sobre la ‘catástrofe de la sequía’, valen unos comentarios:

Todos los años hay sequía y todos los años mueren chigüires (con e y no con o). Por supuesto no en esa cantidad. Sin embargo los muertos se estiman en menos de tres mil sobre una población de más de un millón; no se está afectando la supervivencia de la especie. Y es tan marginal la muerte de ganado —es decir el daño económico— que ni siquiera se cuenta.

La razón principal de la sequía es elemental: el año pasado fue el de menor lluvia en decenas de años (por lo menos en el sur de Casanare): disminuyó en más de 30 % la pluviosidad, y si no se llenaron los acuíferos en invierno, es lógico que se manifieste en mayor sequía en el verano.

Como siempre el tema periodístico se volvió el de crear la noticia hablando de catástrofe nacional, y el de buscar culpables en vez de contextualizar y entender la realidad.

Este es el ejemplo solo porque es el del día (como lo fue el del alcohol manejando, o comienza a serlo el de las quemadas con ácido ahora, o cualquiera que cogen los medios y lo convierten en prioridad nacional para conseguir audiencia pero no para estudiar cómo dar solución al problema que tocan).

No que esto sea malo, equivocado o que no ayude al denunciar lo que se debe atender y buscar corregir. Pero donde está el mayor mal es en que desvía la atención de lo que es más importante y más central, y que casi  siempre es causa de lo que se busca combatir; es atacar los males en sus efectos y no en sus causas, o andarse por las ramas y no ir a las raíces.

El complemento de esto es el pretender que los problemas y las soluciones dependen de individuos. Se aspira que sean las calidades y virtudes de las personas las que determinen cómo funciona el Estado y no que los controles y facultades las determinen las leyes y las instituciones.

En este caso es verdad que la ministra fue la que dio los permisos ambientales como directora de la Agencia responsable; es verdad que la sísmica perturba la red de aguas subterráneas; es verdad que ganaderos, arroceros y palmeros utilizan el agua y cambian los causes (aunque no la desaparecen).

Pero lo que está detrás es que Colombia es el 2º país en destrucción del medio ambiente; que no existe en el modelo de Estado ni el modelo de desarrollo la noción de lo ambiental; que para la 'filosofía neoliberal' ese tema es un 'colateral'.

Si se llegó al extremo de suprimir el Ministerio de Medio Ambiente; si el único objetivo de nuestro Estado es el crecimiento económico; si este depende principalmente y ya casi exclusivamente del petróleo; si a la explotación del campo no se le tiene asignada ninguna función dentro de un modelo de desarrollo; en fin, si la planeación y la intervención de los gobiernos son considerados instrumentos marginales por ser contrarios a las fuerzas del mercado: ¿cómo se puede esperar un resultado diferente?

Y si el 'mercado de la opinión' lo manejan los medios y su propósito es básicamente ganar rating, ¿cómo esperar que se preocupen por dar verdaderamente la información y no por atizar las pasiones?

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