El pasado 31 de agosto de este año, en la Cámara de Comercio de Cali, se hizo presente el ciudadano Néstor Humberto Martínez Neira, quien en su condición de fiscal general de la nación, se comprometió a generar resultados en contra de la corrupción administrativa, debido a las múltiples denuncias de varios ciudadanos de Palmira, quienes preocupados por la falta de acción del ente perseguidor del delito con sede en esta ciudad nada han hecho en contra de quienes han violentado entre otros el principio de legalidad y por supuesto, en contra de los intereses de la ciudadanía.
En otras ciudades se han conocido noticias de las actuaciones de la Fiscalía por delitos incluso menores que los denunciados en Palmira (Valle); delitos como un posible fraude electoral en las pasadas elecciones, el tema del hospital Raul Orejuela y conductas presuntamente punibles por prevaricato y otras actuaciones por parte del actual alcalde y de de los señores concejales, como lo es la elección irregular del personero municipal y el caso de la acción de simple nulidad de la sobre tasa a la seguridad, la cual generó una denuncia penal en contra de media adminstración municipal. Los casos arriba enunciados han permanecido engavetados durante años sin que la llamada administración de justicia se haga visible en detrimento, reitero, del interés general y de paso en la salvaguarda del principio de legalidad. A fin de cuentas, lo que es legal es legal, solo que en Palmira la maldita corrupción administrativa ha generado un manto y grueso de impunidad.
A través de estas lineas lo que se pretende es reclamar de nuevo la presencia del señor fiscal general de la nación en la ciudad de Palmira (Valle) para que haga valer las denuncias de quienes, como este servidor, se han atrevido a hablar sobre la maldita corrupción que en esta ciudad parece que ha permeado a los entes de control, incluyendo a la propia Procuraduría General de la Nación y cómo no, a la Contraloría General de la República, entidades que han brillado por su flaco favor y servicio en pro de quienes habitan la otrora capital agrícola de Colombia. Cabe destacar que al menos se logró que la coordinadora de la fiscalía seccional de Palmira (Valle) fuera trasladada a otra ciudad, de quien de paso he de significar, es pariente del anterior mandatario local; lo que es peor, debido a que la fiscalía de Palmira (Valle) no ha hecho su trabajo, quienes hemos denunciado corrupción, hoy estamos ad portas de ser enjuiciados por quienes gozan no del beneficio de la duda, el cual se respeta, sino del contubernio con el ente acusador, que en otras ciudades de este país sí actúa. Palmira ya parece una república independiente dentro del Estado colombiano.
