El siguiente, es otro artículo que se relaciona con el deterioro de la naturaleza y del medio ambiente, sobre los que hago referencia, ya que es el medio donde me desenvuelvo como agricultor y como agrónomo, y que a la par, como testigo y espectador, puedo dar fe de lo que ocurre en ellos.
El punto de este análisis es, hasta qué momento la sociedad entera, esto quiere decir tú, yo, nosotros, vosotros, los otros, ellos, o sea todos, vamos a seguir permitiendo el desastre que viene ocurriendo sobre lo poco que queda de naturaleza, y en esto los incluyo a ustedes, Las 2 Orillas, como un medio de comunicación de alto prestigio y difusión, que a la vez está conformado por ciudadanos, que se han unido y han creado un importante conglomerado, no solo para dar noticias sino también para tomar decisiones al respecto y sin embargo siguen impávidos, viendo cómo pasa el tiempo, mientras tanto se deteriora el ambiente; hasta qué extremo vamos a esperar para exigir resultados inmediatos en la protección ambiental a nuestros dirigentes, ya sean estos de carácter público o privado, ya sean estos del ámbito político o industrial, solo por preguntar: ¿ cuáles son los ríos que cuentan con proyectos, en ejecución, de reforestación o recuperación de sus cuencas hidrográficas?, ¿ cuáles son los proyectos en proyección, para protección, en que cuencas, de que ríos, de los que dicen dizque ya están siendo protegidos?.
La pasividad al respecto da miedo, pues lo que está en juego es la vida misma, no solo la de los niños del futuro, o la de los jóvenes actuales, es la de todos, incluyendo la de los mayores de 40 años, quienes son, por lo general, los que están, en estos momentos, tomando decisiones por las futuras generaciones, y no hablo de un futuro lejano, hablo por ejemplo de los próximos 20 años, por mencionar una cifra cercana, y que son los años que los expertos y científicos en el tema, dan para que reaccionemos y cambiemos el rumbo que nos está llevando a un abismo mortal, y que estos, los dirigentes actuales, vienen actuando con una displicencia e irresponsabilidad absoluta, sin vislumbrar el daño, casi irreparable, que le vienen causando a La Tierra, a nuestro planeta, al único sitio que tenemos para sobrevivir como especie.
Estamos viviendo un momento histórico en donde lo que está primando en las decisiones esenciales para la vida del hombre y de todas las demás especies, es el lucro, es el beneficio económico, la ganancia monetaria, es el enriquecimiento personal, ya sea a título individual, o de grupos o corporaciones, pero donde el fin y el resultado que se persigue es el mismo: la riqueza material, el desarrollo de la libre personalidad sobre el bienestar general, la libertad de acción y de Empresa sin tomar en consideración en esa decisiones al resto de los humanos, al resto de la sociedad, al resto de las especies; se arrasa, se depreda, se tala, se erosiona, se destruye, por obtener una riqueza que hasta hoy conlleva la destrucción de todo el medio ambiente y lo que se encuentre a su alrededor, ya sea esto flora, fauna, comunidades, pueblos, ciudades y hasta a naciones completas.
La sociedad debe reaccionar, activarse e intentar convivir y sobrevivir por medio de Estados fuertes, ecuánimes e independientes, no importa la tendencia o filosofía económica que se practique, ya sean estos capitalistas, socialistas, comunistas o como se quieran llamar, debe exigírsele a nuestros dirigentes sentido de pertenencia hacia todos los demás, entrar a cuestionar el sistema en sí no es el asunto, pero son muchas las preguntas que toca hacerse, pues en este sistema nuestro, un tipo de capitalismo corrupto administrado por hombres y no por ángeles, cuando un dirigente o un empresario, decide a nombre de todos los demás, sobre por ejemplo, realizar un proyecto minero, sea este de carácter público o privado, ¿consideran que en ese proyecto haya más beneficios generales que particulares, consideran los efectos perniciosos o daños colaterales que se ocasionan, al decidir hacer esa explotación en un sitio o en otro, o sucumben a la tentación de la corrupción, viviendo ellos los privilegios que dan esos recursos momentáneos, pero condenando a los hijos de sus hijos y por ende a los de los demás ¿ lo hacen?. ¿Y si la sociedad sabe y conoce de estos procederes, porque lo sigue permitiendo?
Se habla mucho pero se hace poco, este que es un tema fundamental para Colombia, para el mundo, para la sociedad, para la economía, para la supervivencia, para la generación de empleo, para el post-conflicto, para el medio ambiente en sí, es poca la atención que ha atraído. La conservación y protección de nuestro medio ambiente debe ser una de las locomotoras de nuestro desarrollo y fuente permanente de empleo, las ventajas comparativas que tenemos por ser país tropical (sol, agua, vientos, fauna, flora, etc.) se deben cosechar y aprovechar para beneficio de todos, no solo perseguir la conservación de nuestras selvas y bosques, sino impulsando una economía agraria que debe ser el motor para nuestro impulso al desarrollo total y al de todos, debemos propender por ser propietarios de las fuentes, casi infinitas, de agua, ser productores de alimentos y de la industrialización de sus subproductos, ser protectores del ecosistema en general, ser productores de energía limpia, de toda índole( hidráulica, solar, eólica, térmica, etc.).
Parece una Utopía o una quimera, pero es mucho mejor tener estos objetivos, que la cruda realidad que vivimos, y que a pasos agigantados nos acerca a ese final dantesco, que parece virtual, casi irreal, como si solo se tratase de una película, en la que todos actuamos solo como extras, siendo que depende tanto de todos que cambiemos, que nos decidamos por nosotros y que ganemos todos por querer lo mismo en este único planeta habitable del universo. ¿O acaso hay otro?