El 16 de marzo del 2020, el presidente de Colombia tomó la decisión de suspender las clases presenciales como una medida de prevención ante el COVID-19. Debido a esta situación, millones de estudiantes no han podido regresar a las clases presenciales. Esto es motivo de gran preocupación para un país como este, que viene de obtener un pésimo resultado en las pruebas PISA en el año 2019, consiguiendo el puesto más bajo entre las naciones que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Para enfrentar esta emergencia sanitaria, el gobierno colombiano a través del Ministerio de Educación ha implementado el modelo de educación virtual para darle continuidad a los procesos educativos. ¿Pero la educación virtual llega a todas las partes del territorio de Colombia?, ¿es de alta calidad?, ¿los estudiantes cuentan con los recursos necesarios para acceder a las clases virtuales?, ¿qué dificultades pueden enfrentar los profesores al momento de evaluar los conocimientos de los estudiantes? Estas son algunas de las problemáticas a las que debe enfrentarse el sistema educativo de Colombia para hacer cumplir el derecho a la educación de los colombianos, consagrado en la constitución como lo es en nuestro caso.
Cabe aclarar que con este ensayo no busco hacer una crítica a las falencias que pueda presentar el sistema educativo. Creo que es un momento histórico para el cual no estábamos preparados. Además, la situación es algo inédita y compleja, y pese a las diferentes dificultades que se puedan presentar, la educación virtual es la medida de choque más efectiva para contrarrestar los índices de deserción estudiantil y para que no empeoren los resultados que de por sí ya son malos.
Cabe destacar que este tipo de formación virtual abre una nueva oportunidad para aquellas personas que tienen alguna discapacidad física, para aquellas personas a las que se les dificulta trasladarse por la lejanía de sus hogares a la universidad, y por supuesto también para aquellas personas que trabajan y estudian simultáneamente. Esta formación tiene ese valor agregado y es de gran importancia saberlo aprovechar.
Es normal que esto signifique un reto para las instituciones educativas ya que deben modificar sus metodologías y estrategias de enseñanza, para así poder cumplir con el modelo de educación virtual y llegar a los hogares de los estudiantes a través de las herramientas TIC.
Herramientas TIC
Según la edición 2019 del ranking de competitividad digital mundial del IMD (Instituto internacional para el desarrollo de la gestión), Colombia actualmente ocupa el puesto 58, luego de haber ocupado el lugar 59 el año anterior. Las herramientas de las TIC han sido de gran relevancia y han jugado un papel muy importante.
Los profesores han visto la necesidad de reinventar, modificar y reestructurar el modelo con el cual venían enseñando. Ahora tienen diferentes opciones ya sea por medio de videollamadas, tutoriales, redes sociales, libros en pdf, plataformas en línea, entre otros. Todos estos recursos digitales han hecho que la distancia no sea un impedimento a la hora de querer transmitir el conocimiento.
¿Pero la educación virtual llega a todas las partes del territorio de Colombia? La respuesta es “no”. Hace unos días estuve en el municipio de Olaya Herrera, más conocido como Satinga, en el departamento de Nariño. Fui a realizar un trabajo. Mientras hablaba con el señor que me transportaba en la lancha, me di por enterado que era profesor del municipio de Mosquera. Él me comentaba que da clases, pero no en línea, ya que la mayoría de los estudiantes no cuentan con internet, así que lo hace por medio de guías.
Esto quiere decir que, pese a los grandes avances tecnológicos que el país ha venido implementando en los últimos años, aún es de difícil acceso a toda la población, ya sea porque están ubicados en una zona rural de difícil acceso o por la condición económica que presentan algunas familias (no tienen facilidad para adquirir un medio tecnológico).
Por otra parte, para los estudiantes que residen en la zona urbana es prácticamente normal tener acceso a los servicios de internet en sus hogares, pero podemos asegurar que con la desigualdad económica que existe en nuestro país y sumándole a esto también el desempleo que ha provocado la pandemia COVID-19 no todos los hogares cuentan con dispositivos como un computador, tablet, celular, entre otros recursos.
Pero hagamos el ejercicio y “supongamos” que el sistema educativo logre esquivar esa difícil barrera y que todos los estudiantes cuenten con internet más un dispositivo para recibir las clases.
Ahora bien, ¿los estudiantes de esta generación le dan un buen uso a las herramientas tecnológicas? No. Aunque deberían saber darle un buen uso a las tecnologías, no es así. Solo son profesionales en manejar las redes sociales, pero al momento de buscar información o formas para estudiar no son tan ágiles.
Con esto ahora viene la otra incógnita: ¿es una educación de alta calidad? Existen mitos y algunas percepciones negativas por parte de una población frente a la educación virtual, ya que tanto profesores como estudiantes estábamos acostumbrados a una rutina como la de ir a los salones a recibir las clases y el profesor podía ver nuestras reacciones y así interpretar si estábamos entendiendo o no el tema, ahora no saben si los estudiantes están en línea o están haciendo otras actividades, esto ya es decisión de cada estudiante.
Además, también hay algunas preocupaciones por parte de estudiantes y padres de familia como lo indicó la líder estudiantil Pedraza: “La cátedra de colegios y universidades no está adaptada a la formación en línea; ciertas carreras necesitan obligatoriamente de práctica en campo, porque no se reemplaza la práctica con simuladores en áreas como medicina, fotografía, artes, ingenierías entre otras”.
Así pues, los estudiantes en este modelo de educación virtual tienen más autonomía, ya que algunos profesores graban las clases y también porque gracias al internet tienen al alcance muchos más recursos; pero las actividades en general siguen siendo las mismas: participación en clase, trabajos en casa, realizar talleres en equipo y exposiciones.
Presupuesto para la educación
Podemos decir también que el sistema educativo tiene fallas y tenemos malos resultados frente a pruebas internacionales estandarizadas donde estamos por debajo del promedio, y considero que no debemos cuestionar a los profesores por su ardua labor, ya que la inversión en educación hace décadas ha sido muy baja por los cuales los resultados son de esperar, el gobierno ha destinado más presupuesto a las fuerzas militares que ha educación.
Y en este difícil momento por el que estamos atravesando, la educación requiere que el gobierno destine más recursos, así las instituciones educativas podrían tener mejores instalaciones, ampliar la cobertura a más estudiantes, en el caso de la educación superior las universidades públicas podrían bajar el precio de la matrícula o eliminarla, esto sería de gran ayuda para muchos padres de familia que se les dificultad pagar la matrícula de sus hijos y más ahora que la economía no está funcionando correctamente debido a la emergencia sanitaria.
¿Cómo ha enfrentado esta situación el actual gobierno?
Bueno, cabe resaltar que el gobierno nacional ha creado varios recursos. El Ministerio de las TIC indicó que el presidente Iván Duque proyecta durante los próximos 10 años una inversión de 2.1 billones de pesos, para lograr conectar 10.000 escuelas y centros poblados del país. Además, para las 63 universidades públicas del país, el gobierno destina recursos por 97.500 millones de pesos con el propósito de evitar la deserción de estudiantes que, según una proyección de la Universidad Nacional, será entre el 30% y 50% para el segundo semestre del 2020, en centros de formación profesionales públicos y privados.
Para concluir, quiero decir que este es el tiempo que nos tocó: el planeta tierra está sufriendo cambios y seguramente esta no será la primera pandemia que nos toque vivir. Así que todos debemos hacer el esfuerzo (tanto el gobierno nacional, las instituciones educativas, los profesores y los estudiantes), ya que todos conformamos un rol fundamental en el sistema de educación, para así poder mejorar cada día y obtener unos mejores resultados. Sin embargo, debemos hacerle frente con la mejor actitud y disposición, también aprovechar los avances tecnológicos que tenemos a nuestra alcance y, como dicen por ahí, “reinventarse”. No sabemos cuándo se acabará la pandemia del COVID-19 o cuándo estará lista la vacuna, pero sí que deseamos volver a las clases presenciales, porque las aulas no se reemplazan por una página web.
Fuentes bibliográficas
Los retos de la educación virtual en la pandemia
Colombia, el país de la Ocde con los resultados más bajos en las pruebas Pisa 2018
Colombia subió en el ranking de competitividad digital publicado por el IMD