No lo pude creer cuando lo escuché. César Augusto Londoño, que se cree lo más progresista y liberal de este mundo, hablaba de los tatuajes de los jugadores y se mostraba de acuerdo con que cada quien hiciera con su piel lo que se le diera la gana. Su compañero, Oscar Rentería, intervino "Yo no entiendo porque a los jugadores de color les da por hacerse tatuajes si ni siquiera se les ve". Seguro que Rentería no lo hace por mala intención. Él es el viejito promedio colombiano, conservador y racista. Me extrañó que Londoño no lo hubiera callado ni haga nada para evitar que estos exabruptos sucedan casi a diario. Palabras como "ese morocho" es una constante en el autoproclamado programa más escuchado de la radio mundial.
No Cesar Augusto, no pueden tirarse el legado de Peláez y Mejía con esos comentarios, con la condescendencia de Rentería cuando habla de mujeres, cuando remarca que "me encantan que las damas escriban" actualícense por favor. Ser moderno no es vestirse con camiseticas bobas o ponerse pulseritas, ser moderno es vencer esos prejuicios estúpidos que han convertido al periodismo futbolero colombiano en una cueva de machistas donde sólo se salvan Steven Arce, Nicolas Samper y unos pocos ejemplos.
Caracol pertenece al grupo Prisa, españoles, ¿no hay políticas de la empresa contra estos comentarios racistas? ¿Hay alguna manera de que Rentería entienda que este programa, cuando arrancó, era escuchado por un público universitario, culto y no por la gente que lo puede escuchar a él en la radio regional? Caracol permitió esta perrateada, Rentería parece locutor de radio comunitaria. Por favor, respeten el programa y a sus oyentes. Intervengan esto antes de que se sigan cometiendo los errores que se cometen y que, además, le hagan una campaña tan descarada a Gustavo Serpa, están mostrando las contrataciones del gordito Neymay y las de Duque como si fueran Messi y Cristiano. Además lo de Falcao es una mentira que tienen que dejar de alimentar.
Vamos a ponerle seriedad, profesionalismo y humanidad a los programas deportivos colombianos para que la gente deje de pensar que los periodistas deportivos, sin excepción, son una partida de guaches.