El 28 de agosto de 1993, un caballo castrado y desnutrido se desangraba en una calle de la comuna 13 de Medellín. Su nombre era Terremoto de Manizales, un paso fino que no se salvó de la guerra entre los carteles del narcotráfico en Colombia. Su dueño era Roberto Escobar, más conocido como Osito, hermano del temido Pablo Escobar, jefe del Cartel de Medellín. Los Pepes, o Perseguidos por Pablo Escobar, en venganza del capo, mandaron a sus sicarios para que secuestraran al animal más preciado del Osito. Asesinaron a sangre fría al montador, pero dentro de sus planes no estaba acabar con la vida del animal, sino extirpar su hombría, que en ese entonces estaba valorada en un millón de dólares. Tras cometer las perversiones de los enemigos de Pablo Escobar, lo dejaron abandonado. Terremoto sobrevivió, pero dejó de ser el caballo más costoso que alguna vez había tenido el país.
En Colombia, hoy los dueños de los caballos más costosos no son personas naturales como en algún momento lo fueron los mafiosos o personas cercanas a su círculo, sino las caballerizas. Los caballos hacen presencia en exposiciones internacionales, cuando se llevan la corona su precio se dispara, pero en la reproducción está el verdadero negocio. La Federación Nacional Colombiana de Asociaciones Equinas (Fedequinas) clasifica los andares, es decir las diferentes formas de andar del caballo criollo colombiano en trotón galopero, trochador galopero, trocha pura y paso fino, este último es el que más popular en el país.
Dulce Sueño de Luisitania del Criadero la Marquesa es ‘el papa de los pollitos’, el Rolls-Royce de los caballos al ser el más fino y costoso de Colombia. Nació en 1997 en Bogotá, su valor oscila entre 5 mil millones de pesos y es el más apetecido en Estados Unidos, República Dominicana, Puerto Rico, Arubá y Venezuela. Dulce Sueño se retiró de los concursos, durante 4 años (desde el 2011 hasta el 2014) fue considerado el mejor reproductor de paso fino en Colombia. Según Fedequinas, hay 33 mil criaderos en el país.
Es el mejor reproductor, su semen, o también conocido como salto, pajilla o montada tiene un valor de $7 millones, semanalmente podrían sacarle seis servicios que equivaldrían a $42 millones. Un negocio que resulta bastante rentable teniendo en cuenta que tanto el mantenimiento que va desde el veterinario, la pesebrera, la alimentación, el montador y herrero, de Dulce Sueño o un caballo criollo económico sale por el mismo precio. Consumen lo mismo, desde su pasto, purina, vitaminas y suplementos hasta usan iguales herraduras. Al mes puede oscilar los gastos de mantenimiento entre $800.000 mil. Por lo que este negocio resulta bastante rentable pues se triplica la inversión inicial.
Por su parte, el Caballero Rancho Luna pertenecen al criadero Nuevo Amanecer del municipio de Tenjo en el Cundinamarca pero nació en el Valle del Cauca. Su valor oscila entre los 1.500 millones o los 2 mil millones. Su papá fue Lírico quien falleció en el 2018 y Menta, ambos contaban con títulos a nivel nacional e internacional.
Aaron del criadero El Jazmín reside en Tuluá en el Valle del Cauca tiene un valor de 3 mil millones de pesos. En el 2015, fue campeón nacional pero se retiró de las canchas, actualmente no compite. En Cali, esta Doble 7 del criadero La Macarena, un trochador galopero que ha ganado títulos importantes en competencias a nivel nacional. Su valor oscila entre los 1.500 millones de pesos y los 2.000 millones de pesos.
En el caso de las yeguas más cotizadas son aquellas que son reproductoras comprobadas. El proceso es también artificial, le hacen el embrión, la inseminan y sacan el feto cuando tiene alrededor de dos días y se lo ponen a otra yegua. El embrión cuando es elite al provenir de un caballo como Dulce Sueño y una buena yegua, puede costar 70 millones de pesos. Sin embargo, en el negocio de los caballos es una lotería, nada garantiza que el hijo tendrá la belleza, porte, altura y energía de sus padres.