“No sé qué es más desgastante, pelear con ñeros o con médicos… los primeros tienen justificación”, ha publicado el humorista Hassam en uno de sus trinos como respuesta a las múltiples reclamaciones de miembros del sector salud por su parodia “Despacito”, en donde se representa de manera cuestionable la labor realizada por enfermeros(as) y médicos.
Curiosamente, en tiempos en que colegas de la ANIR, con el apoyo de médicos generales, especialistas y docentes, se manifiestan ante el ministerio de salud en pro de jornadas laborales y salarios dignos, matrículas asequibles y en apoyo a colegas en diferentes instituciones del país por impagos y explotación laboral; el comediante Gerly Hassam Gómez ha decidido publicar la parodia donde expresa su opinión sobre la deficiente atención en las EPS/IPS, pero de forma equívoca y lastimosa hace protagonistas de esta situación crítica a enfermeras y médicos, dando a entender que la labor realizada por trabajadores de la salud es estimulada por fines económicos al dar prioridad a pacientes de estrato alto o por supuestos sobornos al personal de turno encargado (grave acusación).
Considero válida la opción de recurrir al humor como una crítica dirigida a los desaciertos y mala gestión en ciertos sectores, pero asimismo hay que saber dirigirla correctamente a los responsables principales, sin afectar la imagen de quienes, en este caso, tienen que trabajar día a día con las limitaciones que el sistema de salud impone. Tanto pacientes como médicos y enfermeras somos víctimas de la situación precaria que atraviesa el sistema de salud desde la implementación de la ley 100 del 93, situación que continúa en declive por las reformas arbitrarias y gestiones incompetentes que favorecen a dirigentes e intermediarios corruptos.
Desde hace un tiempo los médicos en Colombia nos hemos visto implicados en el circo mediático mediocre y de desinformación, con “notas periodísticas” faltas de imparcialidad que intentan criminalizarnos y responsabilizarnos directamente por el déficit en la atención médica en Colombia. Lo anterior deteriora de forma malintencionada la relación paciente-médico, y logra que muchas personas adopten cierta predisposición y/o prejuicios contra el personal de salud. Como bien describe Alejandro Méndez en su nota: Sobre el vídeo del pediatra, la mamá videógrafa, el periodismo y los médicos: “Es claro que bajo el actual sistema, los médicos son usados como recepcionistas de las EPS: ponen la cara a los problemas administrativos y de coordinación de estas (…)”. Ahora bien, la parodia “Despacito” promueve esta desafortunada malinterpretación contra médicos y enfermeras, presentándonos como responsables principales del déficit en la atención en salud. Nada más alejado de la realidad.
Es por eso que ahora quiero hacer pública la invitación al sr. Gerly Hassam Gómez para que reflexione y replantee sus opiniones infundadas. Por favor, antes de hacerlas públicas, infórmese, documéntese, mida las consecuencias de sus actos, porque la crisis de salud no va a prosperar mientras se promuevan este tipo de ideas que incitan a la intolerancia. Es lamentable que una figura pública con tantos seguidores incite a las diferencias y rivalidades entre todos los que deberíamos trabajar de la mano por un mejor sistema de salud (pacientes, médicos, enfermeras, etc). Citando al más grande humorista que ha tenido este país (de esos que ya no volveremos a ver y tanto necesitamos) “Yo propongo que entre todos echemos de pa’ atrás y busquemos las razones de por qué el país está como está” Jaime Garzón.
Por último, a mis colegas médicos les pido por favor hacer caso omiso del desafortunado e inoportuno vídeo y la serie de comentarios/trinos que ha publicado alguien que obviamente ha sido víctima de la desinformación, la falta de imparcialidad y la ignorancia periodística de este país, y por tanto, desconoce la realidad de nuestra labor. Los invito también a continuar reforzando la relación paciente-médico de la mejor forma que conocemos: brindando la atención justa y pertinente con el trato digno y respetuoso hacia nuestros pacientes, demostrando la ética médica con la que nuestros maestros nos han formado.
