¿Han servido 80 años de restricciones para los miembros de la Fuerza Pública?

¿Han servido 80 años de restricciones para los miembros de la Fuerza Pública?

Un policía con más de 25 años de experiencia cuestiona las razones por las cuales no pueden votar

Por: Elman Gonzalo Abril Barrera
agosto 05, 2016
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¿Han servido 80 años de restricciones para los miembros de la Fuerza Pública?

A lo largo de la historia, los colombianos tendemos a elegir erróneamente a nuestros gobernantes. Pero a lo largo de mis 27 años al servicio de la Policía Nacional, tuve que ver cómo otros podían elegir por mí a personas que fueron inescrupulosas al manipular el salario y las prestaciones sociales, de las cuales dependía mi familia. Tener que guardar las opiniones sobre aquellos “políticos”, era complejo y a la vez absurdo, puesto que nos solo era una persona con un uniforme sino también un ciudadano, que sentía la necesidad de poder defender mis derechos, pero ¿a qué costo mi profesión, me restringía aquellos principios básicos que se les reconocen a otros? Entonces desde el Uso del Buen Retiro, y con la profesión de abogado, entendí que esa restricción a ejercer el derecho al voto tenía sus razones, pero no era claro el espíritu para imponerla.

La iniciativa de admitir constitucionalmente el derecho a ejercer el principio democrático del voto a militares y policías, para que puedan a través de los mecanismos de participación ciudadana, entre ellos el de en elegir a sus voceros representantes se abre paso en momentos cruciales en que se negocian reformas en lo político, económico, cultural y social.

La misma Constitución reconoce que uno de los pilares del Estado social de Derecho, es la democracia, de allí que las restrictivas acciones que enfrentan los miembros que están en servicio Activo, propugnan por un trato desigual y discriminatorio, puesto que nunca se tiene en cuenta que detrás del uniforme, se encuentra un ciudadano de bien, que es respetuoso del ordenamiento jurídico, y que su labor es defenderlo y protegerlo. De allí que el miembro de la Fuerza Pública también es objeto de derechos y deberes constitucionales, que lastimosamente para su ejercicio o defensa, siempre se ven limitados por su profesión.

Es entendible que la democracia, deben existir unos límites frente a su libre ejercicio y que las armas son motivo de alarma al ejercicio libre de elegir, pero como ocurre con muchos sectores de la sociedad, que a través de la constitución de 1991 se les reconoció por derecho propio curules en el congreso y entidades de derecho público, a través de circunscripciones especiales, que les permiten defender sus derechos frente a las injusticias cometida por el legislador o el ejecutivo, mientras que a los miembro de la Fuerza Pública, carecen de Voz y Voto, mediante el veto constitucional a elegir a sus  representantes con el agravante de que sus derechos como ciudadanos y trabajadores, quedan a la deriva de las acciones y políticas al antojo del presidente y de los políticos de turno, quedando ese vacío en el que nadie lleva la vocería en la toma de las grandes decisiones que siempre terminan lesionado los derechos.

Los tiempos han cambiado, pero poder cambiar la mentalidad y la cultura antidemocrática, de los ciudadanos colombianos es una tarea, que puede en muchas formas permitir el que el orden impere en este caos de corrupción y dadivas, es allí donde el derecho al voto, como mecanismo primordial dentro del esquema de participación ciudadana, como manifestación de la sana crítica y de la libertad de pensamiento y expresión, entendiendo que el voto es el único elemento que permite legitimar la democracia, es necesario ampliar esas barreras a quienes por años protegen y hacen cumplir y respetar la Constitución.

Es importante tener en cuenta que para salvaguardar la democracia de intereses obscuros que se enraízan en las malas costumbres de los colombianos, deben existir limitaciones a ese ejercicio, para los miembros de la fuerza pública, pero entendiendo siempre que el “hombre es político por naturaleza”.

Es natural que en este momento crucial, apoyados por los falsas ideas y por las circunstancias en la vida política nacional, que a través de ese proyecto de Acto legislativo, se quieran apoderar de los sentimientos de los miembros de la Fuerza pública, con falsas promesas y con paños de agua tibia, a un problema estructural; pero se debe entender haciendo distinción a partidos y plataformas políticas, la necesidad de que los miembros activos de las Fuerzas, puedan ejercer ese derecho, libre y voluntariamente. Ese Proyecto de Acto legislativo es la Clara muestra de que los Militares y Policías, al no tener voto y mucho menos voz, se ven sometidos a los caprichos de los politiqueros de este país, y a los erróneos juicios que emiten los ciudadanos, que, aún no teniendo restricciones para el ejercicio de sus derechos, no salen a votar.

De igual forma, las alarmas de muchos sectores, por el miedo que puede llegar a producir esta iniciativa, son entendibles, pero dentro del análisis histórico, ¿Sera que en Colombia la democracia ha estado infiltrada por grupos armados e intereses particulares?, la respuesta es obvia, pero el llamado a mejorar las vías democráticas de participación, también es una llamado a la sociedad en general, para no caer en lo reiterativo, en elegir a quienes , no representan la verdadera convicción por tener un país mejor, un país de libertad, orden y justicia para todos, cuando aprendamos a conciencia y reflexivamente, que los ejercicios como el voto y otras formas de participación, son las vías para conseguir un país más justo y equitativo, respetuoso del estado social y democrático de derecho.

A quienes defendimos la Constitución, se nos restringe, pero aquellos trasgresores se les premia, es un acto que sobrepasa todo test de igualdad y equidad, por ello sin distingo de partido o movimiento político, convoca a participar al debate público, con argumentos de pesos sobre esta medida.

Soy consciente de las reacciones que puede causar esta nota, pero los invito a reflexionar y a que entiendan que hoy por hoy somos personas civilizadas capaces de evolucionar y diferenciar lo bueno y lo malo, lo que conviene y lo que no, como buenos ciudadanos, los exhorto a que difundan este mensaje a lo largo y ancho de la patria.

 

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