La televisión en Colombia, fundada desde mediados de la década de los 50, ha demostrado en estos casi 60 años de historia, que es uno de los componentes más importantes de la vida del ciudadano nacido en la tierra del mejor café del planeta. Un dato relevante, es que en la actualidad se supone que no menos del 97% de los hogares colombianos, poseen entres sus pertenencias más preciadas, por lo menos, uno de estos artefactos. A continuación, desarrollare una idea, que para muchos es descabellada, pero que desde mi punto de vista, sería un agente de cambio efectivo, real y trascendental de la mentalidad de mis compatriotas. Espero ser claro y no resultar incomodando a ninguno de los nacionales de a pie, como yo, que en ocasiones con mis palabras se indignan, tal vez por no poder comprender que mi lucha no es contra ellos, sino contra los que tienen los bolsillos llenos, pero me imagino que duermen con un ojo entreabierto. Mi propuesta, es hacer una quema masiva de estos aparatos (figuradamente).
Partiendo del punto de vista, de la programación que tienen que ver mis connacionales, en la que a partir de la aparición de las compañías RCN y CARACOL, se llenó la grilla de programación con telenovelas, series, reality shows, programas de variedades y noticieros (que en vez de informar, realmente desinforman a mis paisanos), probablemente alguno de ustedes, en este momento, empiece a darle la importancia, que merecen estas palabras. Si la televisión, en Colombia, sirviera para educar, no estaría escribiendo estas líneas, pues realmente no tengo nada en contra de las compañías que producen estos elementos tecnológicos; ahora bien, la caja boba, en nuestro país, de educativa cada vez tiene menos y lo que si logra, es mantener idiotizados a millones de colombianos, alejándolos de una realidad complicada y haciendo perder tiempo valioso a la adolescencia y juventud. ¿Quién aprendió algo significativo y que sirva para el desarrollo del país viendo la última edición de “Protagonistas de Nuestra Tele”? ¿Qué aportó para una mejor convivencia, a nivel nacional, “Escobar, el patrón del mal”? ¿Cuán importante es para los adolescentes ver “Muy Buenos Días”, desde el punto de vista cognitivo? Son preguntas, que no voy a responder y quiero que ustedes mismos, con total sinceridad y de forma personal o grupal, puedan contestar de manera netamente objetiva. De los noticieros, sí que tengo por decir muchas cosas. ¿Alguien recuerda el paro nacional agrícola del año pasado? Muchos o todos, quisiera creer. Durante los primeros días de este paro, las dos grandes empresas, nombradas anteriormente, se dedicaron a “ocultarlo” o minimizarlo, sabiendo plenamente que esto es una puñalada mortal, para la verdadera revolución de las ideas del país. Por supuesto, los grandes noticieros, son los que tienen que ver con todas y cada una de las elecciones de nuestro país. Sus malintencionadas encuestas, han creado en millones de colombianos, el síndrome del voto perdido. Este virus nefasto, en el que el ciudadano, antes de ejercer su derecho y deber al voto, decide cambiar su opción real, tras ver que su candidato (a quien había elegido conscientemente) no tiene opción real de llegar a obtener un triunfo en las urnas. Seguramente, hay muchos que me dirán “Andrés, pero es que son espacios de entretenimiento de millones”. Por supuesto, que todos merecemos tener ratos de ocio y disfrutar de nuestro tiempo libre, pero ¿Por qué no inundar las ciudades de shows de teatro, danzas y deportes gratuitos? ¿Sería tan difícil, llenar las retinas de los menores con libros de todo tipo? Sueño con el día, en que un número importante de menores de edad, promedio colombianos, no sueñen con recibir un LCD de no sé cuantas pulgadas, sino que sueñen con recibir una pelota de futbol, un buen libro de Gabo o una guitarra.
En suma, me parece determinante, que hagamos la quema masiva de televisores, cuanto antes. Podemos organizarnos y empezar a hacer la quema en ciertos horarios, para afectar el bolsillo de estos grandes imperios de la comunicación. Ese bolsillo, que es su órgano más sensible. Me siento entusiasmado nada mas de pensar, en la cara de ciertos personajes y familias, al no ver a mis compatriotas sentados a la merced de la caja boba, sino tal vez haciendo una trasformación sociocultural unificada a eso de las 8 de la noche, todos los días. Por supuesto, esta quema, es una invitación personal y no estoy haciendo un complot, contra nadie a quien tenga por qué respetar. Mi quema personal, empezó hace no mucho, pero la he mantenido basándome en la coherencia y les juro compañeros, no es nada del otro mundo. ¡Es el momento Colombia!
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