A casi tres décadas de promulgación de la Constitución Política de Colombia, definida en sus principios fundamentales como una nación pluriétnica y multicultural, empezamos el año 2020 con una interesante discusión sobre la ministra de Ciencia, Tecnología en Innovación, que gira en torno a cuestiones como la ética, la ciencia médica occidental, la curación del cáncer, la cultura popular, así como el racismo y la discriminación racial, entre otras.
Frente al debate generado, en su carta de respuesta al artículo publicado en El Espectador, la ministra plantea el tema del reconocimiento de “la multiplicidad de epistemologías, lógicas y prácticas” en la producción de “los diferentes conocimientos”, así como “la riqueza que la biodiversidad y la diversidad cultural y étnica con sus tradiciones y conocimientos ancestrales y la heterogeneidad de sus regiones” aportan a Colombia, país que reclama también suyo" (…y mi país: Colombia.)
Considero que ese enfoque del debate, propuesto por la ministra, nos ubica en una pregunta central por las reales implicaciones que tiene para el Estado y la sociedad colombiana el reconocimiento de la diversidad étnica y cultural de la nación. Es decir: ¿qué significa realmente “reconocer y respetar la diversidad cultural y étnica de la nación?, ¿cuál es el alcance que deberíamos darle al principio fundamental del multiculturalismo y la plurietnicidad definido en la Constitución?, ¿qué transformaciones normativas, institucionales, políticas, económicas y culturales se han dado y tendrían que darse en los distintos sectores y ramas del poder público, así como en los territorios para avanzar realmente en la construcción de una sociedad y un Estado que corresponda a la realidad pluriétnica y multicultural de Colombia?, ¿cuáles son los obstáculos y retos que se enfrentan a la hora de materializar ese principio constitucional en políticas públicas efectivas y sostenibles?
Para el caso que nos ocupa: ¿qué implica para el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación ese reconocimiento del multiculturalismo y plurietnicidad de la nación?
En ese sentido, en la mencionada carta de la ministra Mabel Torres se anuncian alentadores pronósticos/propósitos para el nuevo ministerio: el diseño de un Plan Nacional de CteI 2030 incluyente y diferencial, que bajo los principios de justicia, paz y desarrollo contribuya a una Colombia en paz; el reconocimiento, en el proceso de la política pública, de la ciencia, los saberes ancestrales y otras formas de producción de conocimiento, como saberes que no se encuentran aislados y que constituyen un activo fundamental para el desarrollo de nuevas y creativas alternativas a la crisis actual y, también, el impulso a procesos de innovación plurales e incluyentes para el crecimiento del mapa de actores asociados al SNCTI.
Sin duda, la viabilidad de llevar a la práctica esta alentadora visión no dependerá solo del ministerio, debido a los múltiples intereses de los diversos actores que gravitan en torno a las posturas que darían, o no, soporte científico a sus distintos y, a veces, antagónicos proyectos corporativos o societales. Dichos actores, legales e ilegales, se encuentran en pugna por el control de los significativos recursos de nuestro país, cada vez en mayor riesgo de devastación.
Si el ministerio logra éxito, ¡Colombia tendría un MinCiencia pluriétnico y multicultural! Así, podríamos esperar en un futuro próximo que las carteras de Educación, Salud, Trabajo, Hacienda, Comercio, Cultura, entre otras, así como las entidades territoriales, se propongan la profundización e innovación de sus políticas públicas para que respondan al principio de reconocimiento y respeto de la diversidad étnica y cultural de la nación.