Hace 39 años pusieron bombas en la sede de la Revista Alternativa, esta semana allanaron Cartel Urbano

Hace 39 años pusieron bombas en la sede de la Revista Alternativa, esta semana allanaron Cartel Urbano

A pesar de la diferencia temporal entre ambos hechos, uno ocurrido durante el gobierno de Turbay Ayala y el otro en el de Duque, hay curiosas similitudes

Por: Óscar Emilio Bustos Bustos
noviembre 21, 2019
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Hace 39 años pusieron bombas en la sede de la Revista Alternativa, esta semana allanaron Cartel Urbano

¿Qué hay entre las bombas que le pusieron a la sede de la Revista Alternativa y a la residencia de su director, el periodista Enrique Santos Calderón, en hechos ocurridos durante el gobierno del presidente Julio César Turbay Ayala, y el allanamiento que las autoridades realizaron el 18 de noviembre de 2019 en la sede de la revista digital Cartel Urbano, en otros colectivos de jóvenes y en un sindicato de maestros en Antioquia, a solo año y medio de haber comenzado el gobierno de Iván Duque y dos días antes del paro 21N?

Entre los dos hechos hay casi cuarenta años de por medio, hay una nueva Constitución Política, hay, supuestamente (ya lo dudo) un Estado Social de derecho, pero también hay curiosas similitudes. Me refiero a la comedia que, sin darse cuenta, protagonizaron las autoridades, tanto en los allanamientos de ayer como en los de hoy, al llevarse "como material probatorio de terrorismo" pinceles, stickers, camisetas y armas de madera que hacían parte de la utilería de una obra de teatro.

Y hay otro hecho risible: Cuando el 15 de febrero de 1974 salió la Revista Alternativa a las calles, en Bogotá y otras ciudades del país, más se demoraron los distribuidores en exhibirla que los policías en decomisarla en los propios kioskos donde se vendía. Este hecho tuvo un efecto bumerán, al multiplicarse la venta de la revista, que en los siguientes números llegó a los cincuenta mil suscriptores.

Alternativa era producto del esfuerzo de un grupo de periodistas por publicar lo que ocultaban los grandes medios. Allí estaban Enrique Santos Calderón, Antonio Caballero, Jorge Restrepo, Daniel Samper Pizano, Hernando Corral, Orlando Fals Borda, Cristina de la Torre, el diseñador Manuel Vargas, el editor Vicente Kataraín y el economista Bernardo García, todos de la mano del ya destacado periodista y escritor Gabriel García Márquez. Ahora solo falta que los visitantes de las páginas virtuales de Cartel Urbano se multipliquen milagrosamente, como ya empezó a suceder, si vemos la gran participación ciudadana en las cuentas de facebook de la revista digital, después del allanamiento del 18.

Según el periodista Hernando Corral, en el gobierno del entonces presidente Julio César Turbay Ayala, en plena aplicación del Estatuto de Seguridad, se decía que "Alternativa era el brazo desarmado de la subversión". Hoy, no es muy distinto el lenguaje del presidente Duque y de algunos de sus ministros: como en el gobierno de Turbay han militarizado las calles, han estigmatizado como terroristas a los convocantes del 21N y uno de los generales de inteligencia del Estado ha ordenado el allanamiento de las sedes culturales de varios colectivos de jóvenes y medios de comunicación alternativos, llevándose computadores y celulares, y privando de la libertad a dos personas, cuyas identidades no fueron reveladas.

Hace cuarenta años hablábamos de mazmorras, adonde se llevaban a los detenidos para torturarlos o desaparecerlos. Estaban ubicadas en el Cantón Norte o en el batallón Charry Solano, y el detenido que entraba allí tal vez no salía vivo. Entonces teníamos al caricaturista Osuna, quien censurado en El Tiempo pasó a El Espectador a dibujar y a hacer conversar a los caballos torturadores. Hoy los caricaturistas se llaman Matador, Bacteria o Nadim, pero todos, tal vez sin excepción, han recibido presiones judiciales, y hasta amenazas de muerte, para evitar la divulgación de sus dibujos. El panorama del contexto latinoamericano hoy está tan convulsionado como ayer, y un escritor podría debutar en una revista democrática con un artículo, muy similar al que publicó Gabo en Alternativa, sobre las presiones de los Estados Unidos para producir un golpe de Estado en cualquiera de nuestras débiles democracias.

Teníamos en aquella época de Turbay a Antonio Caballero, otro escritor y caricaturista, que con sus dibujos se burlaba del Señor Agente, distinto de los oficiales, que si no la embarraba a la entrada lo hacía a la salida de los allanamientos, desalojos y otros operativos de las Fuerzas Militares. Igualito que hoy, aunque los señores agentes no se den cuenta. La gran diferencia es que los caricaturistas de hoy sí han logrado que nos burlemos de la alta oficialidad de nuestras autoridades militares, dibujados mientras reciben más soles en sus charreteras, pero destacando la gran sombra que significa en sus vidas —y en las nuestras— el prontuario terrible de los mal llamados falsos positivos.

Lo de las bombas que estallaron en la sede de la Revista Alternativa y en la casa de su director, Enrique Santos Calderón, en aquella época nefasta del gobierno de Turbay Ayala, nos lo contaron los propios periodistas en el reportaje que anexo, el que realizamos para Hagamos Memoria y que publicamos en Canal Capital en 2015. Aquí hablan el propio Enrique Santos, Antonio Caballero, Daniel Samper Pizano, Bernardo García, Manuel Vargas (qepd), Hernando Corral y Jorge Orlando Melo, entre otros. Ellos responsabilizaron al antiguo DAS (Departamento Administrativo de Seguridad) de los daños que ocasionaron los artefactos explosivos en la sede de la revista, y agradecieron a la providencia el no haber estado en aquella casa de la calle 39 cuando estalló la bomba.

Era tanta la corrupción y el desprestigio del DAS —especialmente durante el pavoroso gobierno de Álvaro Uribe, en sus dos administraciones— que su sucesor, Juan Manuel Santos, en 2011 tuvo que eliminar esta institución y crear otra, la DNI, Dirección Nacional de Inteligencia que, como el antiguo DAS, es muy misteriosa para los colombianos. A la luz de los allanamientos de hoy en las sedes de los medios de comunicación alternativos, todo indica que en Colombia nos está ocurriendo lo que le ocurrió a los sicilianos a finales del siglo XIX, cuyo gobierno —narrado en la deliciosa novela de Lampedusa— cambió todo para que todo siga igual. Disfruten el reportaje:

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