Sí, y como lo dice su título vamos a hablar de paz, pero en serio. Antes de comenzar aclaro que no es un tipo de burla, ni de rechazo a la de paz, tampoco un intento de defender a nadie, no. A lo que me dedico en esta ocasión es a dar mi punto de vista como persona, no más. Y a lo que me refiero es a algo muy simple, a nosotros, “a la gente del común”. Muchos no entenderán.
Hoy me escaparé de hablar de política, de hablar de partidos de izquierda y derecha, de armas. Abstengámonos de pensar en esas cosas feas, hablemos como cualquier persona hablaría en la cotidianidad.
Y a lo que voy es a lo siguiente: ¿por qué queremos paz, sin en realidad hacemos todo lo contrario a ella? Vuelvo y digo, no me refiero a matar ni a nada de eso. A lo que me refiero es ¿por qué los colombianos somos así (no todos)?, ¿por qué discriminamos a las personas que hacen parte de este país?, ¿será porque no somos negros o blancos?, ¿por indios?, ¿será porque no se habla como gomelos o ñeros?, ¿porque no tenemos el acento paisa?, ¿será porque no somos hinchas de su equipo favorito?, ¿porque a unos les gusta el reguetón y a otros el vallenato? Tal vez debe ser porque no hemos ha aprendido a convivir, y a vernos que vivimos en un país que es multicultural, con diferentes puntos de vista, eso nos hace súper rico, nos da igual, pero el problema es que todos hacemos parte de esta gran comunidad llamada Colombia. Es triste que no nos conozcamos entre nosotros mismos, a pesar que vivimos en una misma casa que es Colombia.
Un ejemplo muy claro de esta realidad que se vive día a día ocurre en el sistema de transporte de Bogotá, “Transmilenio”. Ahí se compite por quién entra primero al bus. Nos comportamos peor que bestias por agarrar una silla, si me rozan con el bolso es porque ya me van violar o robar, nos parecemos como perros con rabia, si me mira mal te ladro y te muerdo. Una vez oí “Colombia no tendrá paz hasta que nuestro pueblo no se ame entre sí”. Para hacer la verdadera paz anhelada para muchos colombianos debemos de dejar de echarle la culpa al otro o como se dice de tirarle la pelota a otro. La paz no solo es del gobierno ni de las guerrillas, tampoco de las iglesias, y mucho menos del uribismo. La paz es de todos, la paz es aprender a respetar al otro, de cuando se caiga darle una mano y no ayudarlo a caer, de aprender a aceptar el punto de vista político, religioso, cultural, de los demás, de apoyar al otro en cosas buenas, de creer en nosotros mismos, de dejar de sentirnos más, o menos que los demás, solo por tener dinero o por ser de piel blanca, negra o indígena, eso no nos hace “más superior del otro”.
En realidad, el bien común de los colombianos hasta el momento no es la paz, esta es ajena para muchos colombianos que prefieren vivir con odio, envidia, venganza, etc.
Hoy a muchos le hago esta pregunta, ¿qué prefiere, guerra o paz? Tal vez muchos digan guerra, otros paz, pero ¿están dispuestos a reconciliarse consigo mismos? Y si no es así, es imposible lograr una paz colectiva.