Con emotivos discursos, cinco niños habitantes de calle cerraron la ceremonia de recepción del papa Francisco. Después de hablar de la situación de vulnerabilidad que soportan los habitantes de calle, y agradecerle por ser el representante de los desvalidos en el mundo, le pidieron que reconociera la labor de uno de los curas más queridos de nuestro país. "Santidad, le pedimos que por favor considere reconocer con la beatificación la labor del padre Javier de Nicolo, quien dio su vida para ayudarnos a tener una vida digna." Javier de Nicoló encabezó el Idirpron en su gran labor con los desvalidos. El papa después de sonreir frente a los niños, con la ruana puesta, les respondió: "No se dejen robar la alegría. Que nadie los engañe, no se dejen robar la esperanza. Por favor, recen por mí."
