Un buen periodista, antes de etiquetar a Gustavo Petro como político de izquierda, se tomaría el no difícil trabajo de indagar hechos biográficos del personaje en cuestión. Retomaremos algunos acontecimientos fácilmente verificables por miradas atentas y juiciosas que muestran a Petro como un político de centro.
Tal vez la situación más impactante de la vida de Petro fue su militancia en la organización guerrillera M-19. Siendo rigurosos, el M-19 no fue una organización comunista, ni podría considerarse de izquierda. Su núcleo fundacional fue un grupo de jóvenes soñadores citadinos militantes de las Farc que se aburrieron con la rigidez lingüística, falta de creatividad, dogmatismo, sectarismo, burocratismo y militarismo de aquella organización estalinista, para finalmente, abrirse del parche, con la bendición de Jacobo Arenas. Nadie podrá encontrar en la bibliografía del M-19 ni en sus estatutos loas al marxismo-leninismo, al maoísmo, al estalinismo, al trotskismo, al castrismo, en fin, nada relacionado con el socialismo.
Lo que sí podrá encontrarse en la historia del M-19 son sus constantes homenajes a Simón Bolívar, un personaje que es igualmente venerado por godos y liberales, y de una forma un tanto folclórica por los comunistas herederos de Gilberto Vieira (Marx sentía repulsión hacia Bolívar). El M-19 también reivindicaba a Antonio Nariño y otros próceres que hoy son estudiados en los libros didácticos de historia y homenajeados por las fuerzas armadas oficiales de Colombia.
De hecho, el M-19 no surgió producto de una lucha de clases, de una huelga de trabajadores o de campesinos, sino por el robo de las elecciones contra el general Rojas Pinilla, un militar de derecha. El ideario del M-19 podría resumirse en la Constitución de 1991, una constitución normal en cualquier país europeo capitalista, que reflejaba el “sancocho nacional” en aspectos como el reconocimiento de diversidades y minorías políticas, culturales, étnicas, sexuales, religiosas, pero que fue connivente con la aplanadora neoliberal que destruyó el trabajo digno, el agro nacional, la salud y comunicaciones públicas.
Petro fue guerrillero, pero también lo fueron Mandela y Mujica, admirados por ONU; Bolívar y Nariño, padres fundadores de Colombia o un gran número de ex-M-19s y ex-EPLs militantes del uribismo. Petro participó de la etapa final del M-19, cuando buscaban la paz, por su agilidad mental (mejor Icfes de Colombia) y profunda ceguera no fue destinado para tareas militares sino para cuestiones políticas y comunitarias.
Este historial nos puede explicar por qué Petro votó por el ultragodo Ordoñez para procurador, por qué apoyó electoralmente al ultraneoliberal Santos, por qué coqueteó con el ultraderechista Luis Pérez, por qué la viuda de Galán afirma que Petro es el mejor exponente de los ideales liberales de su marido, por qué Rafael Correa criticó a Petro cuando dijo que Colombia necesitaba un capitalismo decente o por qué fue recibido por el derechista presidente de España Pedro Sánchez (PSOE). Por eso, cuando alguien afirme que Petro es de izquierda, recuerda que el espectro político que RCN y Semana han puesto en nuestra boca, está bastante desfasado hacia la extrema derecha.
Fin.
Nota: Lo invito a leer la historia de Petro en la revista Rolling Stone, pues cuenta su historia con todos sus matices.
