Hemos señalado al estridente “periodismo” prepago sirviente de la decadente rosca criminal actualmente dueña del poder en Colombia como el principal autor y amplificador de la narrativa que vende a Gustavo Petro como un político de izquierda. Nos corresponde ahora explicar el contenido de las tres categorías en cuestión: derecha, centro e izquierda.
Es necesario aclarar que reducir la inmensa complejidad y fluides de la política contemporánea, en la que esas categorías son dinámicas, presentan límites difusos y una infinidad de matices, mezclas y contradicciones, sea tal vez un ejercicio poco riguroso e irresponsable. Sin embargo, en esos términos la prensa mediática ha promovido las discusiones electorales en el cotidiano popular, correspondiéndonos retomarlos para demostrar el inmenso desfase y sesgo conceptual difundido por el narco-fascismo colombiano.
La derecha podría ser definida como aquel sector que considera deseables los privilegios, las jerarquías y la injusticia social. Creen que una sociedad estructurada de manera piramidal es la mejor forma de organización de la humanidad, pues estaría en conformidad con supuestos planes y designios divinos o con la selección natural y cultural implícita en una supuesta genética de la especie humana. Por esas razones, la derecha se opone a políticas que estén dirigidas a subsanar la injusticia social y a mejorar la calidad de vida de las poblaciones menos favorecidas. La derecha puede ser fascista, feudal, capitalista o una mezcla de esas perspectivas. En el ámbito mundial podemos destacar a Trump, Piñera, Bolsonaro, Macri, Aznar, etcétera.
El centro no se opone al capitalismo ni a la organización piramidal o estratificada de la sociedad, pero considera que para mantener la armonía y cohesión social evitando “peligrosas” rebeliones es necesario realizar algunos ajustes. De esa manera a veces incentivan sistemas de salud pública sin socavar el negocio privado, subsidios a la producción nacional, aranceles a algunas importaciones, preocupaciones superficiales en torno a la cuestión climática y ecológica, sanciones a los latifundios improductivos, políticas tributarias y anticorrupción que mejoren la eficiencia del estado liberal y que permitan una mínima redistribución de renta. Ejemplos de esa tendencia los podemos encontrar en algunos aspectos de los gobiernos de Obama, Macron, Zapatero, Pedro Sánchez, Lula, Correa, Angela Merkel, Jacinda Ardern, López Obrador, etcétera.
La izquierda percibe que dentro del capitalismo no hay futuro digno para la humanidad, y por eso plantea la eliminación de todo tipo de pirámides y jerarquías sociales. Esos planteamientos van desde los intentos de anarquismo en la Guerra Civil Española (Durruti), en las luchas Kurdas (Abdullah Ocalan) o en el zapatismo mexicano (subcomandante Marcos) hasta los intentos de socialismo en la Unión Soviética (Lenin, Trotsky, Stalin), en China (Mao Tsé-Tung), Vietnam (Ho Chi Minh) y Cuba (Che Guevara, Fidel Castro). En la contemporaneidad la izquierda se ha enriquecido con los aportes del feminismo, del ambientalismo y de consideraciones étnico-raciales.
Ahora solo nos resta exponer algunos hechos de la biografía del candidato presidencial Gustavo Petro para demostrar que el líder del Pacto Histórico se encaja mucho más dentro del centro que dentro de la izquierda.
Continuará…
