De la baraja de candidatos a la Presidencia de la República, Gustavo Petro es quién interpreta en mejor forma a las Farc, no solo por su pasado subversivo, sino también porque sus ideas guardan fielmente la identidad del pensamiento socialista, situación que lo convierte en el auténtico gallo de pelea de las Farc en su aspiración por tomarse el poder.
Gustavo Petro es un genuino líder socialista, desarrolla una impecable dialéctica alrededor de la lucha de clases y no teme hablar de la necesidad de replantear por completo el modelo económico en Colombia. Su discurso combativo y de profundas raíces marxistas gustan en las toldas del desmovilizado grupo guerrillero, como si quien estuviera hablandofuera uno de sus propios comandantes. La ventaja, por supuesto, es que el paso del tiempo ha permitido que la mancha de la sedición ante la opinión pública se desmarque de Petro, mientras que en los jefes de las Farc todavía se encuentra demasiado fresca, por lo que el exalcalde de Bogotá es un traje hecho a la medida para el partido liderado por “Timo” y “Márquez”.
A diferencia de Chavez, quién en 1998 se mostraba como un flamante partidario de la democracia y de la libertad económica, Petro ha dado avisos de que en una eventual llegada suya a la primera magistratura de la nación no escatimaría esfuerzos para replantear de fondo el modelo económico del país y poner importantes límites al desarrollo de la empresa privada. La denominada “Colombia Humana”, asentada en el “Progresismo” de Petro, sería un arrojado ensayo de prueba para implementar un arquetipo de Estado asistencialista, del cual se deriven otra serie de políticas enfiladas a alcanzar el programada del socialismo del siglo XXI.
¿Están las Farc lejos de llegar a la presidencia de Colombia? Las últimas encuestas han arrojado una considerable favorabilidad hacia Gustado Petro y cada vez diferentes sectores políticos que han apoyado consistentemente las negociaciones con la guerrilla y el proceso de implementación se suman a la idea de crear una coalición que en el próximo mandato defienda decididamente lo acordado en la Habana. No existe en la arena política un representante más fidedigno de las ideas de las Farc que Gustavo Petro, quien es por consiguiente, la opción velada y secreta que mejor se ajusta a sus pretensiones.
Nadie esperaba hace 5 años que los jefes guerrilleros tuvieran los beneficios políticos con los que actualmente cuentan y mucho menos que tuvieran chance por la vía de la democracia de llegar al poder, hoy están en el Congreso y tienen la posibilidad de estar cerca al poder con la llegada de un candidato como Gustavo Petro.