El periodista Gustavo Gómez le envió esta carta al gerente del canal Capital Holman Morris en la que le reclama la utilización del derecho de petición como una "tenaza que se aplica al cuello de quienes opinan diferente". Gómez hace referencia a la actitud de Morris quien en su afán de auscultar la ruta que siguió el periodista de Caracol para realizar un reportaje para la revista Soho sobre los hombres de Esmad y luego para indagar sobre su reciente visita al bloque Gloria de la Armada, que hizo en plan de vacaciones con su familia, utilizó el recurso legal. Esto dice la carta:
Apreciado Hollman Morris, gerente de Canal Capital: en marzo revelé en Caracol Radio un episodio del todo afrentoso, en el que uno de sus periodistas, Iván Cruz, presentó ante la Policía un derecho de petición para establecer un supuesto pago que habría yo recibido de esa institución por el “pecado” de firmar una crónica de inmersión sobre el Esmad. En esa ocasión, como también lo hizo la Policía, aclaré que mis artículos no los remuneran las entidades del Estado, y que se trataba de un trabajo pagado por Soho, la publicación que dirige Daniel Samper Ospina.
Ante la mala fe de la pregunta planteada por Cruz en términos de un oprobioso publirreportaje, les ofrecí a usted y a sus empleados colaboración informativa sobre mis actividades. “Pido al señor gerente y a sus periodistas”, escribí entonces, “que no desperdicien tiempo y dineros públicos adelantando cacerías personales con tufillo de revancha. Cualquier información mía que requieran, con gusto se las suministro”. El ejercicio desembocó en un informe ofensivo, generoso en veneno y presentado en el informativo con burdo disfraz de noticia.Me entero ahora, señor gerente, que otro de sus periodistas, Mauricio Pichot, presenta (anunciándose como “simple” ciudadano) un nuevo derecho de petición, esta vez a la Armada Nacional, con motivo de la visita que hace unos días hice en compañía de mi familia al ARC Gloria. Pichot quería saber cómo se financió un supuesto viaje mío al departamento de San Andrés para conocer el barco, cuánto duró mi estadía en las islas y si corrió por cuenta de la Armada.
Aunque imagino que la Armada, en cumplimiento de la ley, contestará la petición, puedo revelarle que si Pichot hubiera leído mis trinos de esos días se habría evitado el ridículo de preguntar sandeces. Sucede que nunca viajé a San Andrés, que el Gloria estaba en Cartagena (donde me hospedé sin que mediara pago alguno de la Armada, pues le aseguro que nuestras FFMM no costean mis vacaciones familiares) y que cuando solicité el permiso para visitarlo se me dijo que podía hacerlo como cualquier colombiano, porque el Gloria es patrimonio de todos. En castellano: no es un delito estar en el Gloria, sino un orgullo enorme y una posibilidad que todos, en algún momento de la vida, deberíamos tener.Nuevamente le recalco, gerente, que si en pasada ocasión pudo ser molesta la actuación de uno de sus periodistas, ahora, viendo calcado el malicioso procedimiento, me parece que estamos frente a un episodio delicado.
No puedo menos que pensar que se dedican tiempo y energías de periodistas del Canal Capital, que funciona con dineros públicos, para zaherir y fustigar a personas que, como yo, hemos sido críticos de la administración del alcalde Gustavo Petro. Eso, Hollman, es un periodismo mezquino: usado como herramienta política y de presión contra quienes no comulgamos con las blandas bondades de la Bogotá Humana.Al igual que en los casos de censura que experimentaron Mauricio Arroyabe y Manuel Salazar, estamos viendo cómo cede usted ahora a un comportamiento aterrador: somete a quienes piensan diferente al mismo trato del que usted fue objeto hace unos años y que tantas personas, incluido yo, condenamos de manera solidaria.Hollman: no se convierta en los monstruos que lo persiguieron. No pudieron destruirlo; no haga usted la triste tarea de acabarse por mano propia.Ultimátum: Ay del periodista que convierte el derecho de petición en una tenaza que se aplica al cuello de quienes opinan diferente.