Cuando le hicieron el atentado a Petro, con lo que fuera piedra o bala, lo peor que le pudo pasar al candidato presidencial fue haber estado acompañado del circo que montaron Gregorio Pernía (que se puso chaleco antibalas como si fuera su novela) y Gustavo Bolívar. Puntualmente este se bajó indignadísimo del carro (como tenía que estar) para vociferar: vamos a llegar al palacio presidencial para sacar a todos esos paramilitaraes de mier***. Eso si nunca lo tuvo que haber dicho. Pela el cobre.
Tal vez Pernía se puso el chaleco antibalas porque pensó que era el personaje de la nueva novela de Bolívar, un escritor especializado en lo narco que intenta pregonar superioridad moral.
De su mano han salido 'grandes' obras: Sin tetas no hay paraíso, Pandillas guerra y paz (I y II), El Capo (I, II y III), y Los tres caínes, para luego de quedarse sin temas y sacar Sin tetas sí hay paraíso, e incluso la versión censurada Sin senos no hay paraíso.
Los tres caínes, la novela que mostraba la vida de los hermanos Castaño - Foto: www.mundonets.com
Estas obras han sido para Rcn, canal que ahora critica tanto, y para Telemundo. Así como que uno diga que mal pago no está. Así queda más fácil renunciar al sueldo del Congreso, un gesto loable (varios como Robledo donan la mitad), pero populista y que chilla en una persona que ha hecho su billete produciendo narcocontenido.
Está muy bien que esas obras se escriban: es una realidad innegable que somos un narcoestado. Este escrito no pretende ser moralista, pero no está nada bien que un señor que ha vivido de ese manantial ahora llegue a la política como adalid de la ética y la verdad, como una postura ahí si moralista.
Gustavo Bolívar en la grabación de la versión internacional de una de sus novelas - Foto: http://www.zeleb.com.co/
Ninguna de sus obras tiene un producto complementario donde se analice, se estudie, el fenómeno que retrata. Se queda en la representación pura y simple traducida al lenguaje (entiéndase como estructura representativa y no como palabras) más básico: el lenguaje de las novelas de Rcn y Telemundo. Detrás no hay una organización mental que la esté denunciando y criticando, lo que no es necesario en las obras de los novelistas normales, pero sí debería ser para aquel que intente ser el nuevo faro moral de un país.
Eso en su pasado. Ahora en su presente, ¿qué espera?, ¿que le celebren la patanería con la que se refiere a Uribe, Vargas Lleras y demás? Hay mucho adepto por ahí que le aplaude eso, pero es lo peor que puede hacer: tildar a todo el mundo de derecha como paramilitar solo genera más odio, y más aún, permite (moralmente) que Uribe, Vargas Lleras y demás, tengan el derecho de llamar guerrillero de mierda a todo el que es de centro o izquierda.
Intenta este prohombre que renuncia al sueldo de congresista ser un hombre del pueblo, reivindicar al sencillo y humilde, abrazar la cultura popular. Ojo, que lo popular no es grosero. Lo popular puede ser grotesco, irreverente, tiene que ser subersivo, pero la grosería no es intrínseca de lo popular.
Pantallazo del Twitter del escritor
Gustavo, por ahí no es hermano. Puede ser contestario, puede ser irreverente, pero no venga a ser el adalid de la moral. Sea atravesado y punto, pero no guíe un campo en el que no tiene cabida.
