Desde su finca Porce, en las afueras de Tulua, Gustavo Alvarez Gardeazabal no termina de hablar de Cóndores no entierran todos los días, su primera novela y la más famosa de sus obras, que empezó a escribir a los veinte años.
Tulua, el mismo pueblo donde nació Gardeazabal hace 76 años, donde ha transcurrido su vida y las historias de todos sus personajes atravesados, en el caso de Cóndores, por la violencia partidistas de los años 50; el mismo pueblo del que fue alcalde y de donde salió para ser gobernador del Valle; el lugar desde donde se conectaba con La Luciérnaga, el popular programa radial de humor y política entonces dirigido por Hernan Pelaez, que lo puso en el foco nacional ya no de escritor sino de agudo comentarista político, siempre estorbando.
Allí en Tulua, en Porce, entre orquídeas y pájaros, Gustavo Alvarez ha pasado la pandemia, y desde allí conversó con Ivan Gallo, para esta celebración de los 50 años de Cóndores no entierran todos los días, que el tiempo en vez de borrar se ha encargado de crecer.