Con el nombramiento de María Valencia Gaitán en el Centro de Memoria Histórica el presidente Gustavo Petro mata tres pájaros de un tiro: le hace un gesto a la memoria de uno de sus principales referentes Jorge Eliécer Gaitán, le tiende la mano a su viejo amigo Daniel García-Peña de quien estaba distanciado y le manda un mensaje al Uribismo que con Darío Acevedo a la cabeza había torpedeado el sentido del Centro de Memoria Histórica, aislando de ser un proyecto exclusivo para las víctimas del conflicto armado.
Daniel García-Peña adhirió públicamente a Gustavo Petro en su columna de El Espectador. Por su parte, María Valencia es hija de Gloria Gaitán quien ha defendido la memoria de su padre contra viento y marea.
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