Un golpe les dio el exministro de Transporte, Guillermo Reyes, a ocho directivos de la aerolínea Ultra Air al denunciarlos por una estafa de más de 48 mil millones de pesos antes de empacar maletas para asumir el cargo de Embajador de Colombia en Suecia como premio de consolación después de que el Gobierno rompió la coalición con los partidos tradicionales en el Congreso.
La denuncia del ministro saliente ante la Fiscalía es contra los representantes legales Wlliam Noel Alexander Shaw, CEO y dueño de Ultra Air; Óscar Hernán Herrera Restrepo y Abel de Jesús López Campo y los miembros principales de la Junta Directiva de la aerolínea, David Emilio Bojanini García; Ilva Restrepo Arias; Juan Alberto Londoño Martínez; Juan Carlos Altmann y Claudia Elena Múnera Pineda.
En el momento de instaurar la denuncia penal, el pasado 20 de abril de 2023, el entonces Ministro de Transporte la presentó por los delitos de estafa agravada en masa y ofrecimiento engañoso de productos y servicios, entre otros, y estimó el daño causado a los pasajeros que se quedaron varados en tierra, en mínimo, 48.000 millones de pesos.
A la denuncia penal instaurada por Guillermo Reyes, se suma el pliego de cargos que le abrió a William Shaw la Superintendencia de Sociedades por supuestamente haber ocultado que otra empresa de su propiedad, Emma Shaw, es accionista minoritaria de la aerolínea de bajo costo.
Al abrir el pliego de cargos contra William Shaw, el superintendente de Sociedades, Billy Escobar Pérez, explicó que “la revelación de las situaciones de control y/o de grupo empresarial es de interés público, por cuanto existe un riesgo para las diferentes personas que interactúan con las empresas, cuando no se conoce la identidad de los verdaderos controlantes y de todas las entidades vinculadas”.
La aerolínea de bajo costo Ultra Air continuó vendiendo tiquetes a los clientes después de que el pasado 29 de marzo suspendió la prestación del servicio de transporte aéreo y se declaró en quiebra, pese a que días antes intentó vender la empresa a JetSmart y su CEO, William Shaw aseguró que sus 19 accionistas, cuyos nombres e identidades aún no se conocen públicamente, estaban dispuestos a capitalizar la empresa.
La compañía, que tenía solo cinco aviones operando, en menos de un año vendió más de 300.000 tiquetes a un promedio de 80 dólares sin la capacidad para garantizar la prestación del servicio. Adicionalmente, en el momento de dejar sus aviones en tierra, tenía cuentas por pagar por 14 millones de dólares y solo a Bancolombia le debía 8 millones de dólares.
En la denuncia ante la Fiscalía, Guillermo Reyes también afirmó que 13 días antes de que la empresa se declarara en quiebra, lanzaron una promoción entre los clientes del Grupo Sura, conglomerado del David Bojanini fue presidente.
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