El domingo 21 de mayo el alto gobierno reunió un comité de crisis para enfrentar la posible escalada de violencia evidenciada en el asesinato de cuatro menores de edad que habían huido del frente Carolina Ramirez de las disidencias de las FARC después de haber sido reclutados de manera forzosa. Ante la masacre el gobierno Petro decidió levantar el cese al fuego en los departamentos del Meta, Guaviare, Caquetá y Putumayo. En el comunicado del gobierno queda escrito que esto se efectuará en las próximas 72 horas.
Pasaron unos minutos cuando, desde la selva del Caquetá, Iván Mordisco respondió con un furioso comunicado en donde afirma que el de Petro "Es el gobierno menos serio para trabajar" y criticaron la colaboración de Petro con los Estados Unidos.
“El supuesto gobierno del cambio, el cual no se ha visto más que en discursos y promesas, sigue en el continuismo de asumir decisiones norteamericanas con celeridad, como lo mostró la presencia del Comando Sur de los Estados Unidos en el consejo de seguridad del día de ayer, 21 de mayo de 2023, del cual se concluye romper oficialmente y de manera unilateral el cese al fuego, violando una vez más el protocolo establecido con el sofisma de un rompimiento parcial del fuego en Meta, Putumayo, Guaviare y Caquetá, acción que en la práctica es romper con el conjunto de las Farc-EP y está en consonancia con dejar la Amazonía en manos de la Otan, para lo cual Estados Unidos regaló una flotilla de helicópteros Black Hawk".
El comunicado viene firmado por las disidencias de las FARC. El comunicado además viene con amenaza incluida:
Advertimos de esta intentona del imperialismo en hacerse de la cuenca del Amazonas, a nuestros países hermanos y al mundo en general. El rompimiento unilateral desatará la guerra y se multiplicarán los muertos, heridos y prisioneros, contrario a una política de paz total y que el rompimiento al cese al fuego se origina en el marco cuando se está destapando la política de Estado de crear el paramilitarismo como quinta columna del régimen burgués, como son las declaraciones de Salvatore Mancuso, y que haya silencio en casos puntuales en acciones como la emboscada en Arauca, donde hay claras evidencias que no la hicimos nosotros, sino el ELN”.
Entre las críticas está también el hecho de que este gobierno, según las disidencias, no se quisiera meter al pueblo en la negociación:
"Negar la participación de la sociedad en la construcción de la agenda y su participación en la mesa de diálogo, lo cual carece de sentido porque el conflicto armado nace del grave conflicto social que ha sido histórico en el país. Por el contrario, el Gobierno ha tenido una política de hacer acercamientos en el marco del secretismo y la confidencialidad a espaldas del pueblo colombiano. El Gobierno debe aceptar que la burocracia interna estatal impide tomar decisiones rápidas y conjuntas, al punto de esperar a romper unilateralmente el cese al fuego para nombrar sus voceros en la mesa de diálogo y suspender órdenes de captura, contrario a las Farc-EP que, desde el comienzo tuvo listos sus voceros”.
Mientras tanto en La Habana continúan los diálogos con la mesa del ELN, algo que parece le molesta a las disidencias de Mordisco.