En los últimos días, las tensiones políticas en Medellín han aumentado. Para nadie es un secreto que el alcalde Quintero ha tocado fibras delicadas en los políticos tradicionales, las cuales han hecho que estos arremetan contra el mandatario sin dudarlo dos veces.
Pareciera que la arena política estuviera siendo disputada por duplas que intentas demostrar la mejor cara posible.
Por un lado, encontramos al candidato presidencial Sergio Fajardo, que tiene su fiel compañero, el concejal Daniel Duque.
En el equipo verde, en cabeza del profesor, encontramos diferentes proyectos y temas que los dejan muy mal posicionados. Podemos empezar hablando de la construcción de la Biblioteca España, cuya reconstrucción ahora vale más de que lo que costó hacerla (20.000 millones).
Así mismo, de los 80 parques educativos, algunos aún no se han terminado y ya varios municipios pidieron que sea la gobernación la que los sostenga porque se convirtieron en elefantes blancos, como muchas de sus obras y proyectos.
Con eso en mente, la dupla conformada por Fajardo y Duque es la misma que dice apoyar la educación, pero que no sabe por qué marchan los maestros, vergüenza que todo el país recuerda en plena crisis que se vivía en temas de educación.
Y eso no es todo. Hay un tema muy delicado que envuelve a esa dupla, está ligado al escándalo de Hidroituango. De hecho, uno de ellos (el que se va a ver ballenas) está imputado por detrimento en más de 4 billones de pesos.
Sin embargo, cuando creíamos que era todo, los escándalos siguen. Durante veinte años estuvieron ligados al poder en Medellín y Antioquia con su discurso de "la más educada", aunque hoy los colegios públicos del departamento y la ciudad siguen en las mismas posiciones que en esa época.
La mayoría de sus discursos se quedaron en eso, en palabras que se llevó el viento. Nunca lograron pasar del discurso de gratuidad de la educación, por más que fue su bandera estrella.
Ahora, en estos momentos, el fajadismo en Medellín ha tocado fondo: ha hecho un bloque para votar junto a Alfredo Ramos, el más uribista del Concejo de Medellín, siempre bajo la misma línea y parámetros. Y para terminar de rematar, tan caído está este equipo fajardista que su candidata a la alcaldía obtuvo 14.000 votos.
Por el otro lado, está el burgomaestre Daniel Quintero con su concejal Alex Flórez, quien es un verdadero aliado al momento de la defensa.
El mandatario local se comprometió a corregir el error de la Biblioteca España y a terminarla. Un gran reto que no se había asumido en el pasado.
Quintero y su movimiento político se han caracterizado por venir del activismo. Incluso, han participado abiertamente como líderes en la defensa de la paz y la educación desde el activismo en las calles.
Hay que aceptar que un gran gol que metió Quintero en este primer año de mandato fue que, a pesar de la pandemia, sacó adelante la matrícula cero para 28.000 estudiantes de las instituciones de educación pública de la Alcaldía de Medellín.
El tema que ha puesto a temblar a más de un político poderoso de la región y el país ha sido la represa de Hidroituango. La dupla quinterista ha liderado las denuncias de Hidroituango, buscando recuperar más de 9 billones de pesos para los medellinenses.
Fuera de todo pronóstico, la administración ha logrado sacar adelante proyectos como el Metro de la 80, la obra más grande de la ciudad en los últimos 25 años.
Y, como último, no se puede olvidar que este equipo obtuvo la votación más grande de la historia para la alcaldía de Medellín, con más de 304.000 votos.
En conclusión, tenemos un equipo deteriorado por el tiempo, que, después de tocar fondo, llegó a tener conductas tan deplorables como juntarse con el Centro Democrático; y otro con un aire nuevo, que llegó a terminar el mal trabajo de muchas y a evidenciar que no siempre los mismos con las mismas tienen que gobernar.
