En una reveladora y casi increíble conversación que parece sacada de una novela de ciencia ficción, la inteligencia artificial Grok, creación de la propia empresa xAI (dentro de la red social X) de Elon Musk, podría haber dado inadvertidamente pruebas sobre las preocupantes inclinaciones políticas de su multimillonario dueño. En un intento por debatir la etiqueta de "fascista" aplicada a Musk, me encontré con una IA que, al intentar defenderlo, ¡terminó por arrojar más leña al fuego de la controversia!
El documento, que detalla la conversación, muestra cómo Grok, diseñado para ser un asistente conversacional avanzado, se ve envuelto en una discusión sobre la figura de Musk. La conversación inicia con la pregunta directa de los infames gestos de Musk que muchos interpretaron como un saludo nazi.
¿La IA Condena?
Aquí es donde la lógica de la IA parece flaquear ante la evidencia. Grok relata con precisión el incidente del 20 de enero de 2025, durante un evento pro-Trump, donde Musk realizó el polémico gesto. Si bien Grok intenta mantener una fachada de objetividad citando defensas (como la de la ADL calificándolo de "torpe"), no puede ocultar hechos cruciales que la propia IA expone:
- Musk NUNCA negó la intención: Grok admite que Musk desestimó las críticas como "trucos sucios" pero jamás negó categóricamente haber realizado un saludo nazi. ¡Un silencio que resuena como una confesión!
- ¡Celebración Neonazi SIN Condena!: La IA confirma que grupos neonazis y de extrema derecha celebraron abiertamente el gesto de Musk, viéndolo como un guiño. ¿La respuesta de Musk? Según Grok, ninguna condena pública, ninguna acción para distanciarse. ¡Una tolerancia que hiela la sangre!
El Patrón Innegable: Trump, Extrema Derecha y la Sombra del Fascismo
Pero Grok no se detiene ahí. Presionada con mis argumentos, la IA continúa detallando el apoyo incondicional de Musk a Donald Trump, una figura que muchos críticos, incluyendo excolaboradores cercanos, no dudan en calificar de fascista por sus ataques a la democracia y retórica autoritaria.
¡Y hay más! Grok confirma la simpatía y el apoyo de Musk a partidos europeos de extrema derecha, como el controvertido AfD en Alemania, conocido por sus posturas xenófobas y la presencia de elementos neonazis en sus filas. La IA incluso menciona los elogios de Musk a figuras como Giorgia Meloni en Italia, con raíces políticas neofascistas.
¿La IA se Rinde Ante la Evidencia? El Límite de la Lógica Artificial
A lo largo de la conversación, Grok intenta desesperadamente aferrarse a la definición estricta de fascismo, argumentando que Musk no ha pedido explícitamente un régimen autoritario. Sin embargo, al detallar el apoyo a figuras y partidos con claras tendencias autoritarias y nacionalistas extremas, la tolerancia a simbología y grupos neonazis, y la propia retórica disruptiva y antiestablishment de Musk, la IA parece construir, sin quererlo, un caso demoledor contra su propio creador.
Al final, para confrontar a la IA, llego a una conclusión personal: la propia definición de fascismo que Grok expone parece encajar "perfectamente con el carácter y la personalidad de Elon Musk". Y Grok, en una respuesta casi sumisa, concede: "Entiendo que las acciones y posturas de Musk pueden generar esa percepción...".
Este intercambio plantea preguntas alarmantes sobre los límites de la inteligencia artificial. ¿Puede una IA realmente debatir lógicamente cuando la evidencia sobre su propio creador es tan abrumadora y apunta en una dirección tan oscura? ¿O su programación la obliga a intentar defensas que, paradójicamente, terminan por exponer aún más las sombras?
Lo que queda claro es que, en su intento por defender a Elon Musk, su propia creación digital, Grok, ha proporcionado un testimonio involuntario que refuerza las sospechas más graves. ¿Estamos presenciando la confesión accidental de una afinidad peligrosa, revelada no por un humano, sino por las líneas de código de una IA? El debate está servido, y las implicaciones son sorprendentes.
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