En días nublados como este quisiera gritar, sí, gritar por la amargura de ver una sociedad sometida, indiferente, indolente, ignorante y poco comprometida.
Me resulta increíble leer y ver cómo estamos viviendo una dictadura invisible a los ojos de las masas.
Me resulta increíble ver tanta sangre derramada por la intolerancia de las ideas, por el miedo al cambio o simplemente por ser un sapo.
Me resulta increíble ver el cinismo del innombrable, quien se pavonea en estrados judiciales pidiendo que investiguen sus actos, más aún sabiendo que quien lo investiga es su cómplice, su amigo o su partidario.
Me resulta increíble ver los miles de millones de pesos que se roban en nuestras narices, ante los cuales los señores de cuello blanco (aquellos que se dejan pillar) dicen "me acojo a los cargos", dando así su beneplácito a la "justicia", la cual se arrodilla ante ellos y con su venia les expurga de pecado y les da una condena irrisoria sin que los muy nobles devuelvan lo robado.
Me resulta increíble ver que un Nobel de Paz apoye los bombardeos a otros países, mientras su propio país navega entre las olas del paramilitarismo, el sicariato y el narcotráfico.
Me resulta increíble ver niños muertos de hambre en La Guajira o en el Pacífico, o peor aun ver gente muriendo en hospitales por la no prestación de un servicio gracias a la mercantilización de esta.
Me resulta increíble ver que un proceso de paz muere lentamente al ver la traición por parte del Estado y de todos sus representantes, que el dinero donado por otros países se está desapareciendo y junto a él los exintegrantes de este grupo armado también (aunque para el Estado esos muertos son por líos faldas).
Me resulta increíble ver que la educación estatal es fiada y está amarrada a resultados que los amigos yankees esperan en pro de recortar los gastos del Estado y de paso en convertir a los jóvenes en obreros eternos sin sueño.
Me resulta increíble ver la sagacidad para mentir de algunos funcionarios públicos, quienes se inventan títulos con el fin de parecer grandes administradores, mientras otros pendejos aun creen en la mal llamada meritocracia, cuando en realidad lo que se ve es lo que coloquialmente se llama "rosca", corrupción.
Me resulta increíble ver que el país está padeciendo la peor de las crisis, pues está carente de ética, carente de principios, carente de verdad, carente de una sociedad que reclame lo suyo y que saque de una buena vez a los corruptos del país. Faltan los colombianos que como yo estemos indignados, molestos, cansados y *?%/$#" de ver cómo se roban nuestro país, un país que pese a los esfuerzos de la clase dirigente aún no han logrado quebrar, un país que se niega a desaparecer, un país que aunque con bases militares gringas en su territorio mantiene sus costumbres, un país que grita con dolor, un país que grita ante un cambio urgente.
Por esto hoy grito, ¡grito!, ante el urgente cambio que necesitamos si queremos sobrevivir ante la soberbia de los más privilegiados del país, que con sus manos bañadas en sangre de nuestros compatriotas se niegan a reconocer que como colombianos también tenemos derechos, así que colombianos gritemos juntos en pro de nuestro país.
¡Gritemos... gritemos!
