La reforma constitucional propuesta por la administración del contralor Córdoba fue aprobada. Esto implica nuevos y variados retos y hondas implicaciones en el modelo de control. Una enorme responsabilidad, pero que lleva adosada nuevas oportunidades para la evolución de los instrumentos de control.
El esfuerzo que el país hace, aumentado los recursos destinados al control y el escalamiento de poder, debe rendir réditos. Las personas que han sido amables con la reforma y aún más las que no lo han sido van a exigir resultados que equivalgan o sobrepasen el valor esos recursos (poder+dinero). Por ende la Contraloría General de la República (CGR) debe estar consciente de ello y debe actuar en consonancia con las razonables exigencias de querientes y malquerientes. La racionalidad está en que acceder a nuevos recursos, financieros, humanos y de extensión de poder, debe honrarse con nuevos y mejores resultados.
Proyectando un futuro escenario, muy probable, habrá reacción y cuestionamiento cuando se exponga un evento relacionado o referente a una mala práctica (Negligencia, Incompetencia o Corrupción NICs) por algún medio u organismo de control diferente a la CGR. Ello implicará serios y lógicos cuestionamientos al desempeño y a los resultados de la CGR. La sociedad se preguntará por qué con todos los (nuevos) recursos y atributos entregados no tuvo la capacidad de detectar, informar y actuar preventivamente contra dicho evento.
Nuevas reglas, nuevas exigencias, mejor desempeño, mejores resultados, están en la ecuación. La Contraloría debe actuar y “anticiparse”. No sería congruente que frente a las nuevas condiciones, el ejercicio de control continuase con los mismos medios, formatos, exigencias o, con meros maquillajes cosméticos de lo que actualmente se hace o de los tradicionales hallazgos.
Ese muy muy seguro escenario, pone en consideración dos condiciones del modelo de control fiscal, la baja efectividad actual (que pretende atenderse con las nuevas atribuciones) y un nuevo modelo que debe generar más y mejores resultados. Y ello requiere el replanteamiento o reingeniería de ciertas condiciones, conceptos o usanzas para que el nuevo consumo de recursos no sea inane.
Iniciando con los compromisos que la sociedad está demandando, estos aunque no expuestos de manera formal, tácitos, debieran orientar las actuaciones:
- Reenfocar y repensar “el hacer” hacia resultados con valor agregado. No es posible seguir gastando, usando o agotando recursos sin claros y efectivos productos.
- Reducir las malas prácticas NICs.
- Inducir mejoras en la gestión del sector público sancionando efectivamente las malas prácticas y promoviendo la adopción de buenas prácticas.
- Proteger, del mal uso y de las malas prácticas, los bienes y recursos y derechos públicos.
- Liberar recursos que actual o potencialmente están siendo capturados o mal usados por las NICs a mejores usos.
“Hallazguería”
El actual modelo basado en la “hallazguería” debe evolucionar. La efectividad del control fiscal como instrumento de “control” se enfoca en atacar las consecuencias y no las causas, por ende está dando mensajes adversos al “deber hacer”, tal que ya se ha asido la percepción cultural (popular) sobre que la corrupción (el crimen) sí paga. Además, las “malas prácticas” (NICs) se han insertado, arraigado evolucionado, tecnificado y presentan formatos que inteligentemente mutan.
Estrategia en un nuevo plan
Es menester reelaborar y replantear las estrategias a la nueva condiciones y en un nuevo modelo que se oriente a resultados. Los planes anuales, han sido consistentes en su enfoque, su materia y sus objetivos, pero con propuestas de resultados sin métrica. El plan es un modelo que no ha evolucionado y no ha sido un verdadero instrumento gestor de resultados. Si lo hubiese sido, no la discusión y sustento sobre la insuficiencia del control fiscal no hubiese dispuesto de materia.
Uso inteligente de la información
La principal oportunidad de mejora y fortalecimiento al sistema de control (fiscal) está en el desarrollo e inserción de un modelo de evaluación de la gestión de lo público basado en una visión de tipo macroscópica y soportado en el uso inteligente de la información.
El enfoque macroscópico se gesta a partir del desarrollo de instrumentos, habilidades y procedimientos que operan sobre grandes fuentes de datos e información y que evalúa un gran subconjunto de operaciones, identificando patrones, conductas, relaciones, asociaciones, perfiles y riesgos relacionados con potenciales inadecuados o indebidos manejos de los bienes, derechos, oportunidades y recursos públicos y que simultáneamente, están asociados con grandes riesgos.
Y actúa. Promoviendo corrección de las causas y el impulso de mejores prácticas que se contrapongan a las malas.
Eficiencia
Con una adecuada gerencia del recurso humano, es posible mejorar el desempeño, la productividad y la calidad de los actuales productos de la CGR. Esta aseveración se basa en la revisión de los factores encontrados en los ejercicios de consolidación de costos. Por lo cual el incorporar nuevos recursos bajo el modelo de gestión actual es una excelente oportunidad para contaminar con las culturas de desvalor prevalecientes a los nuevos funcionarios. Y en poco tiempo alcanzar, con mayores recursos, los actuales niveles de (no)eficiencia. Por ende y necesariamente, el modelo de gestión del recurso humano debe evolucionar.
Costos orientados a resultados
Culturalmente el conjunto de las organizaciones públicas se han dedicado a ejecutar presupuesto, entiéndase como al gastar. La Contraloría, como diseñador e impulsor de buenas prácticas debe buscar y obtener una mejor asignación de recursos, esencialmente el talento humano, con miras a promover una disciplina pública de medir y evaluar la relación beneficio/costo, que atienda el principio de merecimiento. La transformación de gastos en Costos es una estrategia que debe impulsar la CGR a partir de su propia e interna transformación.
Prevención - Banco de Prácticas
El modelo que desarrolle el ejercicio de anticipación (prevención) amplio y en lo posible extensivo a todas las transacciones originadas en recursos públicos debe contar con un instrumento auxiliar, banco de prácticas definido como un sistema de información estadístico que recopile, acopie, catalogue, administre, analice y revele la presencia, emergencia y persistencia de tipologías de malos manejos, errores, malas prácticas y que a la vez, proponga alternativas de solución, con base en los perfiles y las tipologías identificadas.
Un mejor esfuerzo (focalización) en lo relevante
La CGR debe incursionar en actuaciones (objeto de control) que reparen más en las condiciones que desencadenan eventos que en la detección tradicional de hallazgos.
Se conocen las áreas de gasto que son relevantes, pero minimizadas en cuanto el esfuerzo de control en conjunto. El ranquin de objetos del gasto lo encabezan la deuda, el gasto de personal, las transferencias. Como puntos receptores del gasto está la contratación y las ASSAs (Asistencia Social, Subsidios y Auxilios). Los grandes desconocidos, el ingreso y control de recursos. Los mayores riesgos en la construcción de demandas, los documentos Conpes, la gerencia pública incompetente y negligente. Y temas nos asumidos: el control de resultados; los principios de efectividad, equidad y merecimiento; el análisis, evaluación y control de los gastos improcedentes.
Malas prácticas internas
Otro aspecto que debe incluirse en el “hacer” es reconocer y actuar frente a “malas prácticas” internas.
Se ha revelado que algunos funcionarios de la Contraloría piden favores a las administraciones a cambio de no exponer condiciones (reales o ficticias). Este tipo de prácticas debe ser completamente desterrado. La exposición y comprobación debe ser objeto de los más rigurosos procesos de investigación y las sanciones, de comprobarse para quien pide y otorga favores, deben extremarse.
Como colofón: la Contraloría tiene una histórica oportunidad por hacer, ser agente de cambio para conseguir un mejor país, por medio de promover e incidir en el mejor uso de los derechos, bienes y recursos públicos. Para ello debe replantear y adoptar nuevos conceptos instrumentos y retos; hacer mejor las cosas, generar resultados y no morir en el intento.