Grecia vota el regreso a la derecha y la tradición

Grecia vota el regreso a la derecha y la tradición

Tras cuatro años de Alexis Tsipras en el gobierno, los griegos eligieron al millonario Kyriakos Mitsotakis con la promesa de restaurar la economía sin abandonar las ayudas sociales

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julio 08, 2019
Grecia vota el regreso a la derecha y la tradición
Foto: @kmitsotakis

La rabia y el cansancio que en 2015 llevaron a la ciudadanía griega a girar en masa de derecha a izquierda, este domingo la ha hecho volver sobre sus pasos y decantarse otra vez por el proyecto conservador de Nueva Democracia (ND). El partido que precedió a Syriza en el gobierno, cuando la crisis económica alcanzaba su punto álgido y el segundo rescate era firmado con la Troika, volvió ayer al poder de la mano de Kyriakos Mitsotakis, quien obtuvo en estas elecciones parlamentarias el 39,9% del voto, una ventaja de más de ocho puntos sobre el 31,5% del hasta hoy primer ministro Alexis Tsipras.

Otros cuatro años y medio de políticas de austeridad en una población que confió en Syriza como herramienta para acabar con ellas le pasaron factura a su secretario general que ayer, tras conocerse los primeros resultados, asumió su derrota con una comparecencia grave desde su residencia oficial en el centro de Atenas. “Hemos luchado y conseguido muchas cosas con la cabeza bien alta. Con la cabeza bien alta, aceptamos también la derrota. La Grecia que entregamos no tiene relación alguna con la Grecia que recibimos”, declaró Tsipras ante la prensa el domingo por la noche. “La Grecia que recibimos estaba en bancarrota y con un 28% de desempleo. Hoy entregamos nuevamente un país libre, con 37 mil millones en fondos, la tasa de endeudamiento más baja y el prestigio restaurado. Para traer al país hasta aquí, hemos soportado altos costos políticos que actualmente estamos pagando”, expresó el líder de Syriza en un acuse de recibo del castigo propugnado por las urnas, principalmente, debido a su claudicación ante las presiones de Europa.

En efecto, el pueblo griego no parece haber perdonado esos primeros seis meses de gobierno en los que las negociaciones con la “Troika” de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI se recrudecieron y llevaron a Syriza a firmar un tercer rescate con condiciones aún más duras que los dos precedentes (uno concretado por los socialistas de Pasok en 2010 y otro por ND en 2012). Como no perdonó tampoco que todo ello se pusiera en marcha al día siguiente de un referéndum en el cual el 61,3% de los votantes dijeron “no” a ese pacto.

Sin embargo, Grecia retorna a partir de hoy a aquello de lo que huyó en enero de 2015, cuando decidió apoyar a un partido pequeño de izquierdas que entonces se calificaba como “radical”. La tradicional estructura de castas que caracterizó al país desde el fin de la dictadura de los coroneles en 1974 hasta la llegada de Syriza se reestableció el domingo con la mayoría absoluta de ND. Su líder, Kyriakos Mitsotakis, pertenece a una de las tres familias más poderosas de Grecia, hijo del ex primer ministro Konstantinos Mitsotakis, hermano de quien fue alcaldesa de Atenas y ministra de Exteriores Dora Bakoyiannis y tío del recién electo alcalde de la capital, Kostas Bakoyannis. Este clan oriundo de Creta, donde anoche celebraron la victoria con una cena para más de trescientos comensales en la residencia del ex primer ministro, es sinónimo para muchos de nepotismo y corrupción, mientras que para otros es garantía de experiencia y saber hacer. “Yo lo voté principalmente pensando en la economía, en la entrada de dinero al país, en la disminución del paro. Mitsotakis es mi última esperanza. Si no lo hace él, ¿quién lo va a hacer?”, explica Giorgos, un jubilado que, como tantos, tiene plena confianza en la trayectoria personal y, sobre todo familiar, del nuevo primer ministro.

El líder de Nueva Democracia obtuvo el 39,9% de los votos que se traducen en 158 asientos –mayoría absoluta en un parlamento de 300 diputados– gracias a un bono de 50 escaños que, automáticamente, adquiere el partido vencedor. Desde esta cómoda posición –es la primera vez desde el arranque de la crisis económica que un partido ostenta la mayoría absoluta– Mitsotakis no tendrá grandes obstáculos para implementar el proyecto neoliberal que prometió. Su campaña se centró en la reducción de impuestos, la atracción de inversiones extranjeras y la creación de empleo, todo lo cual vendría acompañado de privatizaciones pero no, según asegura, de nuevos recortes en el sector público, como alertan sus opositores. “El pueblo soberano griego habló esta noche. Su veredicto es claro. La sociedad quiere que avancemos unidos. Quiere crecimiento, empleo, seguridad. Grecia puede ser redimida como se merece”, proclamó Kyriakos Mitsotakis en sus primeras declaraciones tras conocer los resultados.

En un discurso cargado de patriotismo, el candidato triunfador se dirigió hacia los cientos de seguidores que acudieron anoche a la sede del ND de Atenas y, entre otras cosas, destacó que será el primer ministro de todos los griegos porque “somos pocos para estar divididos” y aseguró que le devolverá el prestigio al país, que “dejará de ser el pariente pobre de Europa”. También recordó algo que nadie en Grecia puede olvidar: las 500 mil personas que han tenido que marchar en búsqueda de un futuro que en su tierra se les pinta negro. “No les voy a pedir que tomen el camino de vuelta. Les pido que dirijan su mirada y su corazón a Grecia. A partir de ahora estamos trabajando para cambiar con el país que tuvieron que abandonar. Los griegos se merecen algo mejor”, aclamó el vitoreado Mitsotakis en la celebración del domingo.

Aunque durante el mandato de Syriza la economía registró el primer repunte en diez años de profunda y continuada recesión –el PIB creció un promedio anual del 2% y el desempleo pasó del 27,5% en 2013 al 18,5% según datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat)– Grecia sigue estando a la cola de Europa en condiciones laborales, con salarios que rondan los 500 euros, contratos que cubren la mitad de las horas trabajadas –el resto en negro– y requisitos demasiado estrictos para el cobro de prestaciones de desempleo. Es esta acuciada precariedad que la población viene soportando desde hace tanto la que esperaba que cambiaran los 4 años y medio del gobierno de centro-izquierda. Pero en un país con una deuda del 180% del PIB y un último paquete de rescate que, si bien oficialmente terminó en agosto del 2018, sigue imponiendo elevados índices de superávit hasta 2060, los pocos beneficios que a nivel macroeconómico se vislumbran no llegan todavía a la vida cotidiana de la gente. Lo que sí destacan, pese a todo, los simpatizantes de Syriza son los avances que este Ejecutivo ha traído en materia de educación, con procesos más transparentes de contratación, modernización de los programas y subida del sueldo a profesores; salud, al instaurar la cobertura sanitaria universal; ayudas para los pequeños emprendedores e importantes progresos sociales como la legalización del matrimonio homosexual y las parejas de hecho.

Ahora desde la oposición, Syriza promete “proteger los derechos de la clase trabajadora” ante lo que teme “un gobierno de venganza hacia los grandes avances en el ámbito laboral”, según declaró anoche Alexis Tsipras ante la prensa. Habrá que ver si sus 86 diputados contarán o no con el apoyo de la que ha sido la tercera fuerza más votada, el Movimiento por el Cambio (Kinal, en sus siglas griegas) –una coalición entre pequeños partidos de centro-izquierda y lo que queda de los socialistas del Pasok– así como la ayuda de los comunistas del KKE que quedaron en cuarto lugar y la del ex ministro de Finanzas, Yannis Varoufakis, que logró entrar al parlamento con el 3,4% de los votos. Después de la ruptura en 2015 con Syriza por su “capitulación” ante la Troika, quien fuera el más rotundo opositor a las políticas de austeridad y promotor del llamado Grexit, volvió a la primera plana en las elecciones europeas del 26 de mayo, cuando su formación Mera25 no pudo ingresar a la Eurocámara por tan solo un decimal. Pero Varoufakis esta vez sí que lo ha conseguido y contará con 10 diputados en el parlamento heleno para, como dijo ayer a los medios, “hablar con desobediencia total dentro y fuera de la Cámara”. “Comenzamos una lucha imparable contra lo que ND establecerá mañana en el cuarto memorando que SYRIZA le legó”, aseguró el ex ministro.

Por delante de Mera25 resultó la formación conservadora, ultranacionalista y pro Putin, Solución Griega, con el 3,6% del sufragio, y los neonazis de Amanecer Dorado se quedaron fuera del hemiciclo al obtener 2,93% y no el 3% mínimo necesario para ser parte del gobierno, pese a haber sido unos de los abanderados –junto a ND– de la cruzada patriótica contra al acuerdo por el nombre de Macedonia del Norte que firmó el ya ex primer ministro Alexis Tsipras.

*Artículo originalmente publicado en Público.es.

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