La granadilla, de la familia de las pasifloráceas (Passifloraceae), comparte su clasificación con frutas como el maracuyá, la cholupa, la gulupa, la curuba y la granadilla de Quijos. Nativa de Centroamérica y de Sudamérica, el sabor de la granadilla está entre los primeros que conoce el ser humano en Colombia, tras la preparación del clásico jugo de granadilla para los bebés.
Tal vez, esta puede ser la razón por la cual esta fruta es la segunda que los colombianos le enseñarían al mundo. De acuerdo con los resultados de una encuesta sobre el consumo de frutas, realizada a 100 personas por el Instituto Gato Dumas, las frutas que más recomendarían los colombianos a los consumidores extranjeros son el lulo y, en segundo lugar, la granadilla.
Completan los 10 primeros lugares de la lista el maracuyá, la guama, la chirimoya, el zapote, la guanábana, la cholupa, el chontaduro y, por último, el tomate de árbol. Así lo explica el documento Colombia del frutas, trabajo que, además de publicar los resultados de la encuesta, señala que en nuestro país existen cinco género de pasifloráceas, con 187 especies.
Y es que la buena fama de la granadilla —y de nuestro país como gran productor de frutas exquisitas— no es de ahora. Carl August Gosselman, el viajero sueco que visitó el actual territorio colombiano entre 1825 y 1826, incluyó la granadilla entre las frutas con las que se podían elaborar sabrosos postres:
“¡Qué gran cantidad la que se ve de frutas deliciosas! Hay una enorme variedad de frutas de postre, que con el solo hecho de nombrarlas es suficiente: piñas, mangos, guayabas, melones, guineos, granadillas, papayas, limones, naranjas, guayabitas, etc.”.
Por su parte, Agustín Codazzi, el célebre ingeniero militar de origen italiano, incluyó la granadilla entre las frutas “que cultivan y aprecian”, a diferencia de otras “varias silvestres menospreciadas”, en el volumen V de la Geografía Física y política de la Confederación Granadina, la publicación de la ya famosa Comisión Corográfica.
Esta planta, cuyo fruto anuncia su estado de maduración con la coloración amarilla anaranjada, se da principalmente en zonas de la región Andina con clima templado, entre los 15°C y los 18 °C y de 1.700 a 2.600 metros sobre el nivel del mar. Estas condiciones permiten producirla para el consumo doméstico y su venta internacional.
A diferencia de lo que ocurre con frutas como la manzana, la pera, las uvas y los mangos, en el mercado interno esta fruta goza de la ventaja de no tener competidores internacionales.
Así lo muestra el Mapa Regional de Oportunidades (MARO), plataforma estadística de Colombia Productiva, una entidad adscrita al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. Según la plataforma, en los últimos 11 años las importaciones de granadilla han sido de 0 dólares, con un inusual comportamiento durante el 2020, año de la pandemia, cuando se importaron granadillas por un valor de 2.000 dólares.
Incluso, en marzo de 2017, el ex viceministro de Asuntos Agropecuarios, Juan Pablo Pineda, declaró: “las pasifloras ya no se importan en Colombia y estamos aumentando la capacidad exportadora”.
Quizás sea la fragilidad de su cáscara la que ayude a proteger a los productores nacionales de la competencia externa, o tal vez sea el carácter tropical y no mecanizable de esa fruta; lo cierto es que, al menos por ahora, la granadilla que se consume en Colombia tiene origen nacional. Así que ya lo sabe, cuando quiera estar seguro de estar comprando local, puede hacerse con una buena granadilla.
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