El arte grafitero se cuela en cada rincón, esquina, muro, pared, espacio o entidad de la capital vallecaucana, pretendiendo crear un diálogo entre quien lo crea y quien lo observa, con un sentido ideológico, mediante un derroche de arte, color, libertad y expresión, en donde cada detalle tiene una significación indispensable y máxima para el gráfico. No obstante, también existen aquellos que guardan la intención de herir e imponer ideologías —en su mayoría de índole política—, con mensajes, cuyo contenido tiende a ser de carácter destructivo para el público y abandonan el verdadero propósito y punto de partida de este ejemplar artístico: expresar públicamente de forma creativa y artística una opinión o reflexión de cualquier orden. Por consiguiente, es necesario entender que la cultura grafitera favorece la libre expresión y el intercambio de ideas en el medio artístico, social y cultural dentro de la civilización contemporánea.
“El arte público, es un nuevo sentido de arte antropológico o cultural, que recoge las acciones y creaciones de artistas que intervienen o actúan; fuertemente influenciado por la filosofía y la semiótica[1] o las disciplinas sociales, hasta hacer del pensamiento mismo la obra de arte, como lo asume en general el arte contemporáneo”, explica Armando Silva[2]. En este caso, hacer arte callejero no es únicamente tomar un aerosol, agitarlo y comenzar a ilustrar la primera idea que llegue a la mente, cuyo resultado quede estéticamente perfecto y representado con minucia: un grafiti está catalogado dentro de los estándares minimalistas y de la imperfección. Hacer arte callejero es más bien expresar por medio del arte y la libertad la opinión y los ideales propios, estableciendo una conexión entre el gráfico y el cerebro, y que este último obtenga la cualidad de pensar en el idioma del arte, en el idioma de la creatividad en el momento en el que se estén plasmando las ideas, los sentimientos, los puntos de vista y los pensamientos en la pared, en interpretar y saber leer aquel dibujo lleno de colores con un técnica individual y cargado de significado y simbolismo, en crear una definición propia de lo que se está observando, porque una obra de arte es un punto medio entre lo objetivo y lo subjetivo: tiene un significado otorgado por su artista y una infinidad otorgados por la sociedad. La base fundamental de un grafiti no es el marco de lo estético, sino la semiótica.
En Cali, cada muro, pared, rincón, tapia o fachada estampada con una grafiti cuenta una historia, describe una realidad, expresa los sueños, las ilusiones, las luchas y las opiniones personales de su artista y de un pueblo con deseos de seguir adelante, entrega un mensaje a quienes recorren las angostas calles de la ciudad y tiene intenciones de embellecimiento por la característica de colorear a la ciudad, haciéndola un lugar atractivo y expresivo. Cali es un lienzo variado con mensajes de distintos ámbitos, una extensa paleta y gama de colores y técnicas distintas de arte, que se enriquece cada vez más con la producción artística de muchos creadores urbanos. La alcaldía de Santiago de Cali, se encuentra realizando una serie de proyectos para el reconocimiento y el fomento del grafiti en la ciudad, con el fin de dinamizar y transformar algunos ambientes del municipio con el arte urbano, apuntando a la coexistencia y confianza entre los ciudadanos. “Se busca recuperar espacios que han estado olvidados y revitalizarlos. A través de la pintura hacemos nuestro aporte para una Cali más bonita y para que la percepción del espacio comience a cambiar. Alejar la delincuencia de estos lugares, generar un tránsito más seguro y amable y potenciar nuevos referentes de ciudad son algunos de nuestros logros”, declara el docente de Artes Visuales en la Universidad del Valle, Anderson García. Este proyecto propone cambiar la perspectiva de la ciudad con la cultura del arte callejero, puntualizando que estos estampados son una herramienta formativa que pretende configurar y estructurar el pensamiento crítico de los habitantes y/o extranjeros; son un mecanismo de movilización ciudadana y un incentivo para la sociedad, para que se miren desde otro punto de vista y encuentren la riqueza existente en la diversidad caleña.
Si bien un grafiti expone ideas, puntos de vista y pensamientos personales, nunca debe imponer ideologías con textos agresivos, con un contenido que puede resultar destructivo para el público y que inviten a hacer violencia, cuando deben ser pacíficos y promover el intercambio de ideas en la sociedad. Algunos ejemplos de lo anterior son los grafitis, cuyo texto insulta a un mandatario, posee un contenido sexual y vulgar o cuando se impone la preferencia por un equipo deportivo de la ciudad. Los grafitis deben ser éticos y crear un diálogo propositivo, crítico e interesante con el observador, “en donde las paredes comiencen a ser vistas como un formato de comunicación atractivo” (López, 2016). deben crear un ambiente armónico y agradable y tienen el propósito de educar a la población civil y dotar su pensamiento crítico y conocimiento en cultura ciudadana. Por consiguiente, la responsabilidad de un artista callejero es expresar, más no imponer sus ideales al contexto social.
La cultura grafitera, entonces, favorece la libre expresión del artista al plasmar todas sus ideas en la pared y el intercambio de ideas con el observador, por medio de la semiótica que estos gráficos cargan, además de educar y alimentar el pensamiento. La sociedad caleña se desenvuelve en un contexto, cuya cultura ha estado influenciada por el arte urbano y en donde sus muros son un derroche de expresión, colores, arte, pasión y cultura. Es necesario promover la ética de los grafitis en la sociedad, elaborando grafitis de ética, que estructuren a una ciudad con la cultura y el arte, teniendo cada uno una identidad propia con su diseño y estética propia y con el mensaje que quiera transmitir a la civilización contemporánea caleña.
Bibliografía:
Alcaldía de Santiago de Cali (05 de agosto de 2017). Más Grafiti Artístico para los Muros de Cali.
Restrepo, Mariluz. Simbología Propuesta por Armando Silva.
Zuluaga, Juan David (10 de enero del 2016). El grafiti es expresión pura. El Espectador.
Echeverry, Alberto José (26 de febrero de 2017). Un recorrido inolvidable por grafitis, murales y piezas de arte urbano en Cali.