Actualmente, el desarrollo individual y colectivo requiere que se acoja como buena práctica el aprendizaje a lo largo de la vida, mas orientado formalmente a las personas que ejercen una profesión, oficio u ocupación; sin embargo, todos los ciudadanos en cualquier condición e independientemente de su nivel de formación participan del aprendizaje permanente, lo que para algunos constituye la finalidad de la vida, puesto que representa crecimiento personal y social.
La necesidad del aprendizaje generalizado se manifiesta en la capacidad de manipular algunos de los artefactos y servicios, que ciertas tecnologías ponen a nuestra disposición, entre ellos el teléfono celular, el horno micro ondas y los servicios bancarios en línea, por dar algunos ejemplos. Éste aprendizaje generalizado se facilita a través de la disposición de formas intuitivas de operación de dispositivos, sin dejar de lado los instructivos de ensamble, instalación, uso y mantenimiento básico; por otra parte, los artefactos que incorporan tecnologías basadas en convergencia digital, derivadas principalmente de la electrónica, la mecánica, el software y los datos, disminuyen la necesidad de intervención humana y del aprendizaje de la operación (aparatos robóticos). Estos bienes que incorporan conocimientos, caracterizan periodos y civilizaciones humanas.
A fin de mantenerse vigente, el conocimiento experto, especializado e hiper especializado, también debe ser actualizado mediante el aprendizaje a lo largo de la vida; se obtiene a partir de la formación y la investigación en todos los campos del saber. Anteriormente, lo que se aprendía durante algunos años de estudios servía para ejercer hasta el retiro, pero ahora es insuficiente debido a la ampliación, la profundización y la fragmentación del conocimiento. Así pues, los títulos y licencias para el ejercicio de algunas profesiones y especialidades, necesitarían fecha de renovación previa validación de conocimientos.
La actualización del conocimiento experto procede por procesos de formación que se denominan de posgrado, que deben tener una visión de mediano y largo plazo, no limitados en sus objetivos a la titulación de doctores, sino mediados y privilegiados por los resultados de la investigación, curricular y extra curricular; los nuevos paradigmas, enfoques y avances de la ciencia y la tecnología, permiten que los procesos de investigación puedan ser menos estandarizados, según los propios métodos, recursos y contextos del problema de investigación, con rigurosidad.
Considerando lo anterior, se plantea que la estructuración y los contenidos de los cursos de posgrado, deben corresponder al resultado del proceso de sistematización del conocimiento actual acerca de una especialidad o área temática, con un fuerte componente prospectivo y de investigación; esta debe ser la directriz que gobierne la denominada formación pos gradual, en contraposición con los contenidos que hacen énfasis en “informar” y en las metodologías, lo que nos aleja en Colombia de la posibilidad de incidir el “estado del arte” de referencia.
El aprendizaje a lo largo de la vida tiene otra perspectiva, en cuanto a la formación de adultos mayores retirados de su actividad principal de muchos años, que ya sea por afición, por ocupación del tiempo libre o por generar oportunidades entre otros motivos, desean formarse en profesiones, oficios u ocupaciones; así surgen nuevos protagonistas de las artes, las lenguas, los negocios, la política, la espiritualidad, la docencia etc., enriquecidos con sus vivencias. Es evidente que en este caso los procesos de formación deben ser personalizados, puesto que los contenidos de los cursos necesitan considerar los conocimientos previos, junto con los contextos y los tiempos reales y mentales de los estudiantes o aprendices: en definitiva un nuevo currículo o bien uno alternativo.
Los elevados y crecientes costos de la educación superior y la pos gradual, son una barrera para el acceso a estos niveles de formación, mientras que las instituciones dedicadas a la formación técnica profesional y tecnológica, que carecen de adecuados laboratorios y talleres, tienen baja demanda y apreciación social en nuestro medio. La alianza Estado – Empresa – Instituciones de Educación Superior, podría estar orientada a la solución de ésta problemática, a través de proyectos conjuntos de investigación, desarrollo e innovación de productos y servicios (I+D+I).
Por otra parte, también se hace necesario profesionalizar y certificar oficios para los que poco se encuentran personas capacitadas formalmente, por lo general para la realización de trabajos tales como fontanería, electricidad, carpintería metálica, jardinería, mantenimiento de construcciones, mecánica automotriz, atención del adulto mayor, entre muchos otros; quienes hoy ejercen esos oficios son adultos mayores o jóvenes que aprendieron mirando y haciendo, sin formación específica habilitante.
Aprender a lo largo de la vida se debe convertir en una afición, o bien un pasatiempo para disfrutar que contribuye a expandir el conocimiento individual y colectivo, no siempre en busca de mayor bienestar económico o de reconocimiento social.